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Actualizado: 24 de julio de 2025
13 Mas los hombres de Sodoma [eran] malos y pecadores para con el SE
12 Y secaré los ríos, y entregaré la tierra en manos de malos, y destruiré la tierra y su plenitud por mano de extranjeros; yo, el SE
Ahora comprendo por qué tantos escritores malos tienen tantos y tan buenos admiradores. Con dos admiradores más, yo me volveré completamente idiota. Desgraciadamente, en la literatura española no hay más que genios.
Los alimentos que nos convienen se adaptan bien á un paladar y olfato, no viciados por malos hábitos ó alterados por enfermedad; y el sabor y olor ingratos nos advierten cuáles son los manjares y bebidas que por su corrupcion ú otras calidades, podrian dañarmos. Dios no ha tenido ménos cuidado del alma que del cuerpo.
Es que cuando la ley y la autoridad pretenden dirigirlo todo, la opinion pública y el interes individual bien entendido no tienen la fuerza bastante para condenar y reprimir los malos impulsos del momento ó los extravíos de una educacion viciosa. La Semana Santa. Por la orilla del Tajo. Topografía de Toledo; su origen. La Catedral y otros monumentos religiosos. El Alcázar.
Las mujeres buenas huelen á pescado y á estropajo: estaba seguro de ello... En su lejana juventud, los conocimientos del pobre Caragòl no habían ido más allá. Al quedar solo, agarró un trapo, agitándolo violentamente como si sacudiese moscas. Quería limpiar el ambiente de malos olores. Sentíase escandalizado, como si hubiesen dejado caer una pastilla de jabón en uno de sus arroces.
En los malos momentos se conoce á los amigos; y ahora que tantos en el pueblo y fuera de él hablaban contra la señora por pura envidia, Manos Duras tenía el gusto de repetir que era él de siempre.
Los tres amigos convienen en que hay cierto linaje de histriones infames y malos, como, por ejemplo, los zarabandistas, que con sus lascivos movimientos excitan á la lujuria; pero que la profesión de actores, así trágicos como cómicos, no tiene en sí nada de despreciable, sino que, al contrario, es útil y necesaria, aunque se pueda reconvenir á los directores porque arrastran consigo á demasiada muchedumbre de actores; cuando con siete ú ocho se podría representar la mejor tragedia ó comedia del mundo, y ellos llevan en sus compañías catorce ó diez y siete.
¡El pan!... ¡Cuánto cuesta ganarlo! ¡Y cuán malos hace á los hombres! En una barraca brillaba una luz pálida, amarillenta, triste. Teresa, atolondrada por el peligro, quiso ir á ella á implorar socorro, con la esperanza que infunde el ajeno auxilio, con la ilusión de algo milagroso que se ansia en la desgracia. Su marido la detuvo con una expresión de terror. No: allí no.
Pero los Sarracenos, obcecados como los Judíos, palpaban la miseria de los malos Cristianos y no veian las resplandecientes virtudes de los buenos. Mahoma en su vision beatífica, ó viaje á los siete cielos, describe la casa de la Adoracion como construida de jacintos rojos y cercada de lámparas que alumbran eternamente.
Palabra del Dia
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