Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 20 de junio de 2025


Huiría al extranjero; , señor, me escaparía... ¡Y si ella me acompañaba! ¡Oh!... ¡Qué felicidad!... Juntos... en aquel rincón de Toscana o de Lombardía que ella conoce. Pero ¡ay!, siete mil reales eran muy pequeña cantidad para compartirla con una dulce compañera. En realidad, ¡qué pobre había sido él toda la vida!

Recordemos que Velázquez se embarcó en Barcelona a 10 de Agosto de 1629, cuando fue por primera vez a Italia, llevando por compañero de viaje a Espinola que iba a tomar el Gobierno de Milán y el mando de las tropas españolas contra Lombardía. ¿Cómo entonces, mientras la nave surcaba el Mediterráneo, no había el soldado de referir al pintor su empresa más gloriosa?

Paresciéndome que en el medio que llegaría la nueva orden de V. M. yo podría ir á Nápoles y Sicilia á entender de los Virreyes de aquellos reinos, del de Nápoles, si era su voluntad dar la gente, y del de Sicilia, para saber dél lo que mandaba, vista la dificultad que el Duque de Sessa ponía en dar la suya, y así lo puse por obra y fuí á Nápoles, adonde hallé á D. Sancho de Leyva y al Comendador Caldes, que había ido de parte del Duque de Medina á solicitar la ida de la infantería y á pedir cierta artillería, municiones é vituallas, y habiendo tratado algunas cosas en este particular, él me respondió que daría la gente, que no la diese el Duque de Sessa, y con una galera que me mandó de las del dicho D. Sancho, pasé luego en Sicilia, y hallé que el Duque de Medina Cely, Visorrey della, y á quien se había cometido la dicha empresa, tenía ya hechos muchos aparatos para ella, así de vituallas, artillerías y municiones, como fletado muchas naves para que sirviesen en ella, y me había despachado un correo para que con la infantería española que había de llevar de Lombardía llevase asimismo dos mil y quinientos italianos y procurase recoger dos mil alemanes de los que entonces se licenciaban y los llevase también, el cual despacho no me halló en Milán ni topó en el camino, por haberle hecho yo por mar.

Era tan rico como no lo había soñado nunca, pues en medio de mis más locas fantasías no me había imaginado semejante prodigio; sin embargo, la esperanza de que Mabel llegara a ser mi esposa, ilusión que había sido mi ideal, el verdadero deseo de mi existencia, había quedado destruida, y durante esas largas horas de viaje, melancólicas y silenciosas, mientras el coche-dormitorio del expreso avanzaba hacia el Norte atravesando las planicies de la Lombardía y luego la Suiza y la Francia, mis desesperados pensamientos estaban concentrados en ella y en su porvenir.

Hallé asimismo que el dicho Duque de Medina había mandado levantar gente en Sicilia y Calabria, y paresciéndome quél estaba ya determinado hacerla y que lo mucho que se había gastado y los preparamientos que estaban hechos forzaban á que se prosiguiese en ella, y que para aceptarla y que hubiese buen efecto convenía llevar más gente vieja y plática de la que entonces veía, que era sola la de Lombardía y tres ó cuatro compañías de la de Sicilia y muy poca de la de Nápoles, aprobé la orden que el dicho Duque me había enviado de levantar y traer con la infantería española de Lombardía la alemana y italiana, y con esta determinación y orden volví á embarcarme y fuí á Nápoles y Génova, y de allí pasé á Milán, donde hallé que ya el Duque de Sessa le había llegado nueva orden de V. M. para que diese los dos mil é quinientos infantes, y en el medio que los pagaban, yo hice levantar tres mil italianos y setecientos alemanes en tres banderas, y con ella y la española fuí á Génova, donde, así porque no estaban adrezadas las naves en que habían de pasar los alemanes é italianos, como por contrarios tiempos, me detuve diez y ocho días.

Palabra del Dia

vorsado

Otros Mirando