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Actualizado: 17 de octubre de 2025


Podrían verse allí todos los días; no queda un solo banco desocupado y en las avenidas y junto a los lagos desfilan los carruajes apretados, sin poder pasar, todos llenos de chicas que se saludan bajo las sombrillas de claros colores. Adriana no pudo dejar de sonreír, comprendiendo que Charito, a quien no faltaban sus pretensiones literarias, buscaba las palabras escuchándose hablar.

En el largo trayecto de la Cava al cementerio, que era uno de los del Sur, Segismundo contó al buen Ponce todo lo que sabía de la historia de Fortunata, que no era poco, sin omitir lo último, que era sin duda lo mejor; a lo que dijo el eximio sentenciador de obras literarias, que había allí elementos para un drama o novela, aunque a su parecer, el tejido artístico no resultaría vistoso sino introduciendo ciertas urdimbres de todo punto necesarias para que la vulgaridad de la vida pudiese convertirse en materia estética.

Es más que probable que los dictados de contrafazedores y mímicos no aludan simplemente á farsas y representaciones de otros tiempos, sino á la forma y manera en que declamaban las composiciones poéticas. Parece además que la épica tenía cierto carácter dramático, análogo al indicado antes, cuando adujimos el ejemplo de otras épocas literarias.

Dijo esta palabra con un alarido espantoso, levantándose del asiento y extendiendo ambos brazos como suelen hacer los bajos de ópera cuando echan una maldición. Jacinta se llevó las manos a la cabeza. Ya no podía resistir más aquel desagradable espectáculo. Llamó al criado para que acompañara al desventurado corredor de obras literarias. Pero Juan, queriendo divertirse más, procuraba calmarle.

Fué niño a Filipinas, cursando el bachillerato en el Instituto de San Juan de Letrán, de los PP. dominicos, Hizo allí sus primeras armas literarias. Colaboró luego en periódicos españoles del país. Regresó a España al emanciparse el Archipiélago. Es ahora, en Barcelona, Director de la Cárcel de mujeres.

Los banqueros tienen asegurado en las obras literarias un éxito de odio y de rechifla. Los personajes simpáticos son pobres, y dicen cosas muy hermosas sobre las infamias del «vil metal» y la necesidad de idealizar la vida. El arte literario sólo había dispuesto, según Maltrana, de cuatro resortes para mover sus criaturas: el amor, el odio, el hambre y el miedo.

Ginebra, segun he apuntado ya, es la primera ciudad de la Confederacion Helvética, considerada como centro de las ilustraciones literarias del pais, como residencia de los hombres políticos mas avanzados. Tan luego como se concluyan las líneas férreas que han de reunir Ginebra á Lyon y Berna, la patria de madame Stael, importante ya bajo todos aspectos, acrecerá prodigiosamente en significacion.

Por mi parte, he creído conocer que le había agradado. Tomamos la costumbre de crearnos, en todos nuestros encuentros, unos instantes de conversación íntima, y echamos de ver que estábamos maravillosamente de acuerdo en una multitud de cuestiones de arte, de sentimiento de la Naturaleza, de preferencias literarias, aspectos generales de la vida, en todo, en fin.

El abuso de la descripción en las obras literarias significa una intrusión de la pintura en los dominios de la poesía. Nadie ignora lo nocivo que es para las artes estas intrusiones de unas en otras. Por violentar la escultura y obligarla á expresar lo mismo que la pintura, se la ha desnaturalizado en los tiempos modernos.

Es una diatriba galicista contra el drama nacional español, llena de pensamientos vulgares y de extravagancias literarias de mal gusto, no compensadas con noticia alguna interesante. Origen, épocas y progresos del teatro español, por Manuel García de Villanueva, Hugalde y Parra. Madrid, 1802.

Palabra del Dia

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