Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 11 de junio de 2025
Teniendo juicio, se te mirará siempre como de la familia. ¡Mia este!... Me zampo yo a la familia... chilló la otra remedándole y haciendo las morisquetas diabólicas de siempre.
En una ocasión, después de cobrar en juicio a un casero que debía tres años, recibió, al atravesar un bosque, tal pedrada, que llegó a su casa sin sentido, agarrado a la crin del caballo. ¡Y a un hombre así venía a pedirle cuartos un mequetrefe, aquel señorito bobo, de que nunca le había hablado más que con desprecio el Sr. D. Juan Nepomuceno!
Su Majestad entra bailando, haciendo graciosas cabriolas y volteretas, cual si hubiera perdido el juicio ó empinado el codo. En las puertas de todas las casas, pucheros, palanganas, barreños llenos de agua reflejan las locuras del Rey de los astros, y los dibujos que la juguetona luz hace en el líquido espejo son representaciones más ó menos claras del destino individual.
Verás los libres de los Filósofos con toda su pompa ¡quán pequeños son al lado de este! ¿Puede ser que un libro que al mismo tiempo es tan sublime y tan simple, sea obra de los hombres? ¿Puede suceder que aquel de quien habla esta Historia no sea mas que un hombre? ¿Es este el lenguage de un entusiasta, ó de un ambicioso sectario? ¡Quánta dulzura, quánta pureza en sus costumbres! ¡quánta gracia penetrante en sus instrucciones! ¡quánta elevacion en sus máxîmas! ¡quán profunda es la sabiduría de sus discursos! ¡qué juicio tan firme, qué delicadeza, qué exâctitud en sus respuestas! ¡quánto dominio sobre sus pasiones!
Haced cuenta que don Tello Ha metido la malilla; Pues la espadilla traemos. SANCHO. Pelayo, ¿tenéis juicio? PELAYO. Olvidéme de los dedos. SANCHO. Lo que habéis de hacer, señor, Es prevenir aposento, Porque es hombre muy honrado. PELAYO. Y tan honrado, que puedo Decir... SANCHO. ¡Vive Dios, villano! PELAYO. Olvidéme de los dedos. Que no habraré más palabra.
Pero si en semejantes averiguaciones descubre poca conformidad de las cosas con la razon, y los principios de ella, ó disiente, ó suspende de nuevo el juicio, hasta que averiguándolo mejor, se le presente claramente la verdad.
¡Qué cosa tan extraña es la conciencia! Juana, la mujer loca que, con dura y tenaz impenitencia, vivió de la impureza en los horrores, sus inmundos errores como descargo de su culpa invoca... ¡Y al mismo tiempo, el justo que consagró á su Dios el pensamiento, con alma temerosa y juicio adusto hace de la virtud remordimiento!
Los sueños de ambición y gloria no tardaron en apoderarse completamente de mi cerebro. ¡Cuántos proyectos y castillos en el aire formé recostado en los almohadones de mi carruaje! Riquezas, honores, dignidades, brillantes éxitos de todas clases... Todo lo ambicionaba. A mi juicio, lo merecía todo, y todo me lo concedía, elevándome más y más, conforme avanzaba en el camino.
No había comenzado, sino que faltaba poco para que concluyera. ¡Quiá! ¡Qué he de irme! ¿Crees que he venido sólo para esto? Vuelves a ser mía... y hoy te acompaño hasta tu casa. Ni una palabra más. Accedí a oírte, porque supuse que tendrías juicio. Esto se acabó; yo no transigiré nunca con ciertas cosas. Ni yo con perderte.
Si afirmo una cosa de otra, formo un juicio; si lo enuncio con palabras, tengo una proposicion. Afirmo interiormente, que la tierra es un esferóide; hé aquí un juicio; digo ó escribo: «la tierra es un esferóide» hé aquí la proposicion.
Palabra del Dia
Otros Mirando