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Actualizado: 20 de julio de 2025


¡Qué cosa tan extraña es la conciencia! Juana, la mujer loca que, con dura y tenaz impenitencia, vivió de la impureza en los horrores, sus inmundos errores como descargo de su culpa invoca... ¡Y al mismo tiempo, el justo que consagró á su Dios el pensamiento, con alma temerosa y juicio adusto hace de la virtud remordimiento!

Y yo iba pensando en el cándido apostolado de Elena y en su paciente dulzura, que había triunfado al fin de la rudeza de aquella miserable criatura y de su desesperada impenitencia. Una palabra de misericordia y de ruego había encontrado el camino de su corazón, enternecido su último suspiro y desarmado un poco su áspero y furioso rencor.

Créese, con razón, que nada hay tan horrible como sondear la conciencia de un pecador endurecido en el trance de la muerte; supónense tras aquel rostro lívido y desencajado luchas aterradoras que sostienen el imperio del mal y la moción del bien, fantasmas pavorosos que se levantan en la conciencia, combates encarnizados que traban en torno de aquella alma empedernida el ángel del arrepentimiento y el demonio de la impenitencia.

La misma observacion, y las mismas palabras con que la espresa, pueden aplicarse á la calamidad, aun mayor, del yugo sarraceno: In illa Hispanorum captivitate ostendere Deus voluit, quantum, et odisset caruis libidinem, et diligeret castitatem, etc.; pues en castigo de su impenitencia despues de aquel primer escarmiento, se vió entregada á la barbarie y escesos del mismo vicio que tanto amaba.

¡Impenitencia final! Elena al Padre Jalavieux. Tiene usted mucha razón, mi buen señor cura, y su sermón ha venido muy a propósito para poner un poco de aplomo en mi cabeza y un poco de prudencia en mi corazón.

El fraile se sentó al lado del gitano, que le miraba con una singular expresión de desprecio y de ironía; y, habiendo suspirado muchas veces, se expresó como sigue, con una vocecita agria y chillona que contrastaba con la enorme mole de su cuerpo: Que el Cielo le ayude, hermano. Diga más bien el diablo, hermano. ¿Se obstina usted, pues, en morir en la impenitencia? .

Palabra del Dia

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