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Actualizado: 2 de mayo de 2025
Delante el inmenso horizonte de los campos parecía cerrarse fundiéndose todo en un tenue vapor gris. Alcanzó su casa y penetró en ella sin ruido, casi furtivamente como si fuera un intruso. Uno de los criados se asombró de verle al cruzar un pasillo y se excusó de no haber prevenido a los demás. Don Germán ordenó que todos permaneciesen tranquilos.
Cuando dió el salto para cogerse a las rejas, el terrible Piscis se había vuelto ya y le vió. De dos brincos se plantó debajo del corredor, antes que el intruso pudiera montar sobre la barandilla, y con su famoso roten, le descargó en las espaldas tal garrotazo, que el pobre hombre soltó las manos y se dejó caer al suelo.
Sus ojos son ese secretario que tienes y ese señorito pariente de Cristina, que busca unirse á tí, pensando en tus millones más que en Pepita. Sus manos son tu mujer y tu hija. Ellas te agarrarán cuando te sientas débil; aprovecharán un instante de desaliento para empujarte dulcemente en brazos del Intruso. Te crees libre de él y ronda á todas horas en torno tuyo.
Tus cuidados me cargan, porque no quiero agradecerte nada. ¿Lo oyes bien? no quiero agradecerte nada, ni esto. Pesas sobre mí como una montaña, y creo que no tendré salud mientras no estés lejos de mí y pueda yo decir: «no le debo nada, no es mi hermano, es un intruso».
Allí se conocían, antes que en ninguna parte, los sucesos de la guerra, las batallas ganadas o perdidas, los proyectos legislativos, los decretos del gobierno legítimo y las disposiciones del intruso, la política toda, desde la más grande a la más menuda, y lo que después se ha llamado chismes políticos, marejada política, mar de fondo y cabildeos.
Dió algunos pasos por el corredor sin ver al intruso; mas al llegar al extremo, notó aquel bulto, alzó la cabeza, y vió al joven, que se inclinaba ante él con mucho respeto. #La determinación.# ¿Qué busca usted? ¿quién es usted? ¿qué hace usted aquí? ¿No me conoce usted?
En tiempos de calamidad general, de epidemia, ó de escasez, nadie había tan llena de abnegación como Ester: en los hogares invadidos por la desgracia, allí entraba ella, no como huésped intruso é inoportuno, sino como quien tiene pleno derecho á hacerlo; cual si las sombras que esparce el dolor fueran el medio más adecuado para poder tratar con sus semejantes.
Después de una larga discusión, la asamblea quedó dividida en dos grupos: unos, con Gurdilo, pedían que no se matase al Hombre-Montaña, pues esto representaba el derroche inútil de las sumas empleadas en su manutención; otros defendían al gobierno, demostrando que tan enormes gastos eran la prueba mejor de la necesidad de suprimir al costoso intruso para realizar economías.
El intruso se vende, gracias á los singulares tumbos que da... ¿Quién queréis que deje de conoceros, preciosa máscara, sir Bernardo el Ermitaño, taimado cangrejo que tratabais de haceros pasar por un inocente molusco? Los peces que cargáis sobre vuestra conciencia os perturban y agitan demasiado.» Orillas de nuestro Océano, extrañas á esos movimientos, las flores animadas despliegan sus corolas.
Pero antes de que el miserable pudiera beber, el anciano, pálido de rabia, precipitose sobre el intruso, y asiéndolo con sus poderosos brazos y arrastrándolo a través del grupo de asustados comensales que los rodeaban, alcanzó la puerta abierta de par en par por los criados, cuando Carlos Tomás exclamó, con un grito angustioso: ¡Deténgase! Parose el anciano.
Palabra del Dia
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