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Actualizado: 8 de noviembre de 2025
A estas palabras y a las ideas que ellas resucitaban en su alma, la hermosa morisca no pudo detener el llanto, y, aplicando en sus ojos un blanco lienzo, se entregó por algunos instantes a lo más acerbo del dolor.
Era su idea fija y tenaz... ¡Si volviese a la vida, aunque fuese para morir a los pocos instantes! El cumpliría su deber y quedaría más tranquilo: la pasión de su existencia tendría un final digno. Correría a su lado, para no abandonarla hasta el último momento.
Isidro tardó algunos instantes en reconocerla. Hubiera pasado varias veces ante ella sin que llamase su atención. ¡Cuán cambiada la veía!... Olvidando su tristeza de enferma, evocaba siempre en sus recuerdos la Feli hermosa y alegre de los primeros tiempos de su amor.
Toda la vida juntas; toda la vida unidas por la orfandad necesitada de defensa, por la alegría que colorea la pobreza, por el deseo de crearse una posición antes de que terminase su juventud, ¡y verla morir ante sus ojos, entre tormentos desgarradores, sin poder salvarla, sin encontrar el medio de hacer plácidos y dulces sus últimos instantes!...
Lázaro quedó dentro de la casa de Álava durante los breves y angustiosos momentos que duró la tentativa de lucha entre el pueblo y la tropa. Sentían desde allí el rumor popular, y por instantes creyeron que había llegado la última hora de todos ellos.
Riverita se quedó algunos instantes pensativo y silencioso. Cruzaron por su espíritu las ideas románticas que tienen siempre los jóvenes de corazón, y dijo levantando la cabeza y como hablando consigo mismo: ¡Quién sabe! ¡Cuántas veces nos equivocamos juzgando por la máscara que llevamos puesta en la vida!
El dinero me fue quitado a tiempo, y ya veis que ha sido conservado, hasta que lo necesitáramos para vos. Es maravilloso... nuestra vida es maravillosa. Silas permaneció sentado, en silencio, contemplando durante algunos instantes el tesoro. Ahora ya no me seduce dijo con aire pensativo ; no, ciertamente que no.
Aquel hombre parecia vivir en aquellos instantes con una doble vida. En Lesperut hemos encontrado un compatriota, un verdadero amigo, un padre. Nos ama como ama el recuerdo de su juventud, de sus proezas, de sus glorias. Ama á los españoles como ama la memoria de su primer emperador. Cuando habla de estos sucesos, habla y llora.
Un instante después saltó al camino una hermosa pareja de gamos, y aunque los viajeros se detuvieron, el macho, alarmado, saltó de nuevo y desapareció á la izquierda del camino. La hembra permaneció unos instantes como asombrada, mirando al grupo con sus grandes y dulces ojos.
Aquel cuchicheo tan suave que salía de su boca, penetraba en todo mi ser y lo henchía de voluptuosidad. Hubiese querido prolongar unos instantes más aquel estado, y morirme después. Cuando volvíamos para casa traté de explicarle algo de lo que me pasaba, para que conociese siquiera un parte del amor infinito que me inspira; pero siempre rehuía la conversación.
Palabra del Dia
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