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Y si la tertulia no advirtió en la mayor estridencia de sus bufidos nasales, en su parpadear infinitamente más solemne y en la grave manera de poner una pierna sobre otra y echarse hacia atrás que algo importante, importantísimo, tenía que comunicar, fue que no quiso advertirlo.

El niño asoma en este momento, da un grito de alegría, y corre hácia su madre, que le abre los brazos. Esta aventura, que no tiene nada de particular para otros, tiene para una grandísima importancia, porque tiene una grandísima moralidad. La accion de la mujer de Batiñoles vale infinitamente más que el castillo, y que mil castillos del poeta de Lamartine.

En otro carruaje infinitamente más elegante y mucho mejor entroncado, lamentábase el notario en presencia de sus dos amigos.

Esto era claro como la luz. Pero a ratos, meditando, pensando en su delito, en su doble delito, en la muerte de Quintanar sobre todo, al remordimiento, que era una cosa sólida en la conciencia, un mal palpable, una desesperación definida, evidente, se mezclaba, como una niebla que pasa delante de un cuerpo, un vago terror más temible que el infierno, el terror de la locura, la aprensión de perder el juicio; Ana dejaba de ver tan claro su crimen; no sabía quién, discutía dentro de ella, inventaba sofismas sin contestación, que no aliviaban el dolor del remordimiento, pero hacían dudar de todo, de que hubiera justicia, crímenes, piedad, Dios, lógica, alma.... Ana. «No, no hay nada, decía aquel tormento del cerebro; no hay más que un juego de dolores, un choque de contrasentidos que pueden hacer que padezcas infinitamente; no hay razón para que tenga límites esta tortura del espíritu, que duda de todo, de mismo también, pero no del dolor que es lo único que llega al que dentro de ti siente, que no se sabe cómo es ni lo que es, pero que padece, pues padeces».

Y todo está animado, vivificado por un rico caudal de sangre roja, que, aun teniendo en cuenta la diferencia de tamaño, sobrepuja infinitamente en abundancia á la de los mamíferos terrestres. Herida la ballena, inunda el mar con su sangre, enrojeciéndolo gran trecho. Nosotros la derramamos á gotas, mientras que ella prodígala á torrentes.

Pero ¿qué tentaciones han sido esas? Primero, irme en derechura al cuarto de su majestad. ¡Cómo! Decirle sin rodeos que estoy enamorada del príncipe. ¡Doña Catalina! Que valgo infinitamente más que otra cualquiera para querida de su alteza. ¿Y seríais capaz?... ¿De vengarme?... ya lo creo. ¿De vengaros deshonrándoos?

Como los creyentes en la fatalidad de la suerte del viernes o del trece, los creyentes en las supersticiones católicas están aclimatados desde la infancia a la fe en los fetiches y a su régimen de terrores y esperanzas ilusorias, y perfectamente avenidos a las infelicidades y explotaciones conexas, por su profunda convicción de hacerse infinitamente más infelices si las dejasen; aclimatados a la perspectiva del fuego eterno, como a los fríos glaciales el groenlandés que sufre en las regiones templadas la nostalgia de sus nieves perpetuas.

Esas magnitudes, aun los mismos astrónomos las consideran como puramente relativas; pues que una misma la tienen por infinita ó por infinitésima, segun el punto de vista bajo el cual la consideran; el radio de la órbita terrestre es infinito, si se le compara con una pequeña desigualdad de la superficie de la tierra; y es una cantidad infinitamente pequeña, si se le compara con la distancia de las estrellas fijas.

Unas veces las voces y los ruidos aturdian como si estallaran sobre los tímpanos; otras se alejaban repentinamente ó iban suavizándose por grados hasta desvanecerse cadenciosamente en un eco vago, infinitamente lejano, como si el sonido se perdiese entre los pliegues invisibles del cielo, en los desiertos y abismos del Océano ó en las profundidades recónditas de una selva americana sin fin.

Las campesinas en casi todo el Canton, y las mujeres de las clases subalternas en la capital, se hacen notar por un vestido que no carece de algunas analogías con los que se usan en Holanda, pero que en Suiza es infinitamente mas gracioso. Como los tipos mas elegantes y curiosos los vímos en Interlaken y Grindelwald, reservo la descripcion de esos vestidos nacionales para el capítulo siguiente.