Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 28 de junio de 2025
En este momento creemos estar muy altos porque nos hallamos cerca de los tejados de la catedral, y toda esta distancia vale tan poco para lo infinito como la indecisión de la hormiga que titubea sobre un guijarro, no sabiendo cómo descender. Nuestra vista es corta.
Pues su padre de usted, don Pablo dijo Fermín, también fue amigo de don Fernando Salvatierra y más de una vez acudió a él pidiéndole apoyo en aquella época de pronunciamientos y cantones. ¡Mi padre! contestó Dupont con cierta indecisión.
Pero mándenme, y ya verán cuán viejo era mi deseo de apretar esas manos fundadoras». En Cayo Hueso hubo indecisión sobre si debía o no llamársele. Pero por fin, y por acuerdo del Club «Patria y Libertad», se le llamó.
Quedamos, pues, que si la «primera actriz» es elegante y gallarda, la «segunda» deberá serle inferior, aunque no con exceso, ya que lo más seguro es que el corazón veleidoso del protagonista vacile entre ambas, y necesario será justificar estos momentos de indecisión sentimental.
Ya que tenía dinero, mejor que guardarlo en el fondo del arca era emplearlo como cebo, para que la suerte mordiese en él. Y repitió varias veces esta frase oída a su principal. Pero... añadió con marcada indecisión no sé hasta qué punto convendrá a ustedes exponer un dinero que tanto les cuesta. Don Ramón es infalible, pero ¿quién sabe lo que reserva la suerte...? ¿Quieren ustedes creerme?
Y los dos quedaron silenciosos frente a frente; él avergonzado, mirando al suelo; ella contemplándole con cierta indecisión. Me ha dado usted un susto que no se lo perdono dijo por fin: ¿A qué viene usted aquí?... Rafael no sabía qué contestar.
Seguían muchas páginas referentes a un período de indecisión, reflexiones escritas sin la sospecha siquiera de que otros ojos que los suyos pudieran leerlas nunca; el alma de Laura asomaba por ellas con toda su gracia interior, como una vestal que descubriera sus hechizos a la luna. Adriana las leía con encanto, sus ojos y sus labios sonreían. Pero pronto le volvió la inquietud.
Siempre es tenebroso lo que ignoramos contestó Ojeda . Una nube en el horizonte o varios días sin sol bastaron para llamar Tenebroso un mar en el que se avanzaba con indecisión, temiendo las sorpresas del misterio y el perder de vista las costas.
Fernando sintió al verla indecisión y timidez; pero ella, deteniéndose un momento, vino en su auxilio. Le saludó, preguntando con un retintín irónico cómo había pasado la noche. Sonreía protectoramente, dando a entender que perdonaba a Ojeda su travesura de niño grande. Todo estaba olvidado... Y le tendió una mano antes de alejarse, continuando su marcha de ritmo varonil.
A pesar de comprender que su indecisión no dejaba de ser algo ridícula, se llegó hasta ellas. Ambas, muy serias, le tendieron apenas la mano. ¿Adriana no está? Raquel miró a su compañera y respondió enrojeciendo: Creo que no... esta noche le fue imposible venir.
Palabra del Dia
Otros Mirando