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Actualizado: 6 de junio de 2025
Tòni era «hombre de ideas». Ferragut sólo le conocía cuatro ó cinco, pero duras, cristalizadas, inconmovibles, como los moluscos que, adheridos á la roca, acaban por convertirse en una excrecencia pétrea. Las había adquirido en veinticinco años de cabotaje mediterráneo, leyendo todos los periódicos de un radicalismo lírico que le salían al encuentro en los puertos.
Soñó con la creación de una flota de vapores que llegasen hasta las costas del Pacífico; quería aportar su concurso al renacimiento victorioso de la raza que había descubierto la mayor parte del planeta. Su nueva fe le hizo ser más amigo del cocinero del buque, sintiendo la atracción de sus inconmovibles ilusiones.
El segundón fue el primero en llegar. Al escuchar la consigna, pensó que fuera cosa de la servidumbre, y como venía de una taberna, quiso entrar de buen o mal grado, amenazando abrirse paso con la espada; pero los porteros, dispuestos a morir en el umbral, permanecieron inconmovibles. Gonzalo, por su parte, tomó un camino más seguro: el soborno de doña Alvarez.
Le miraba a través de sus gafas con insistencia: el chico debía estar en el secreto de la verdadera situación de su padre, porque ésta no puede ocultarse en el hogar; si los cimientos de la fortuna de Esteven seguían inconmovibles, ¿por qué le había buscado a él, don Raimundo?
El afán de aventuras, de nuevas empresas, le impulsa a correr el mundo. El hombre no debe permanecer en estéril contemplación a los pies de su amada eternamente. Debe hacer grandes cosas por ella; debe aprovechar la fe y la energía que vierte el amor en el vaso de su alma. Al separarse conocen, lo mismo que nosotros, las primeras amarguras del alejamiento, pero son inconmovibles como semidioses.
Y las pruebas eran el fajo de cartas que estaba arriba, entre planos y cuadernos de cálculos; hojas de papel satinado, de suave color de rosa, en las que Pepita juraba quererlo «más que á su vida» y terminaba invariablemente «tuya hasta la muerte.» Para Sanabre, estos juramentos eran más solemnes é inconmovibles que las sentencias de un tribunal.
Una consunción interna había devorado las morbideces que suavizan con armonioso almohadillado el cuerpo femenil; pero esta consunción era irregular, fragmentaria, ensañándose en unas partes del organismo y olvidando otras, dejando incólume, con incomprensible respeto, lo más prominente: los pechos todavía frescos y victoriosos sobre el torso enflaquecido, semejante a un doble blasón de mármol en una fachada ruinosa; las caderas de robustez germánica firmes e inconmovibles, como si en ellas fuese más el hueso del armazón que la carne del revestimiento.
Esos oficiales tan inteligentes, tan correctos, tan irreprochables, y esos soldados tan alegres, tan ordenados, tan pulcros, que estábamos acostumbrados á ver en los restaurants, en los cafés, en los teatros y en los paseos de nuestra bella ciudad capitalina, marchan hoy, resueltos, animosos, decididos, indomables, por las abruptas montañas del Oriente, recorriendo distancias enormes, atravesando valles y cañadas, salvando espantosos precipicios; y siempre firmes, siempre ardorosos, siempre entusiastas, insensibles á la fatiga, inconmovibles ante el peligro, solo tienen una ambición: vencer, y un solo pensamiento: mostrarse dignos de la confianza en ellos depositada.
Palabra del Dia
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