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Actualizado: 3 de junio de 2025
Y si yo siento dentro de mí una fuerza muy grande, pero muy grande, que me impulsa a la salvación de otra alma lo he de realizar, aunque se hunda el mundo». Lo que tú tienes afirmó doña Lupe queriendo sostener su papel , es la tontería que te rebosa por todo el cuerpo... y nada más. No me engatusarás con palabritas.
Hízolo movida de la necesidad de abnegación que experimentan las naturalezas ricas y jóvenes, a quienes su propia actividad tortura y han menester encaminarla a algún fin, y del instinto que impulsa a dar de comer al animal a quien todos descuidan, o a coger de la mano al niño abandonado en la calle. Al alcance de Lucía sólo estaba Pilar, y en Pilar puso sus afectos.
Yo bebía también, inducido por él, y por primera vez en la vida, sentía aquel afán de adormecimiento, de olvido, de modificación en las ideas, que impulsa en sus incontinencias a los buenos bebedores ingleses. Resonó un cañonazo en el fondo de la bahía. Los franceses arrecian el bombardeo dije asomándome al ventanillo.
Si el lector se acuerda de lo que he dicho del capataz de carretas, adivinará el carácter, valor y fuerzas del Boyero; un resentimiento con sus jefes, una venganza personal lo impulsa a aquel feo paso, y Facundo toma la Villa del Río Cuarto gracias a su revelación oportuna.
El magistrado a su vez se quedó sin responder, y Vérod, comprendiendo que por fin había obtenido en aquella lucha una ventaja, continuó: Ella pensaba y escribió que en algunos casos se puede huir de la vida sin merecer reproche; pero podrá darse muerte el que está solo, no aquel de quien depende otro. ¿No acaba usted de leer sus palabras? «Hay en el amor algo grave: que cada amante no es solamente responsable de sus propias acciones, sino también de aquellas a que impulsa a su amado.» ¿Y ella me habría dado el ejemplo de la muerte?... Yo creo en la hermosura de su alma; en otra cosa no creo.
Aparte la forma que, lo repito, por sus raras cualidades discordaba notablemente con la indiscutible debilidad del fondo, parecía aquello ensayo de un hombre joven que se expansiona en versos y se cree poeta porque cierta música interior le pone en el camino de las cadencias y le impulsa a hablar con palabras rimadas.
La imagen de su propia madre surgió en la imaginación de Melchor, al rumiar mentalmente las últimas palabras y después de una breve pausa, en que su espíritu quedó suspenso y absorto como ante un abismo, continuó en sus meditaciones: ...¿Y por qué no ha de haber muchas como ella?... ¿Qué maldita forma de perversidad nos impulsa a pensar mal, dando un asidero al desconcepto, al prejuicio... a la calumnia misma... que casi nunca ofrecemos al elogio... al aplauso... Oímos decir que se juega y nos inclinamos a creer que juegan todos... sabemos que se miente y nos sentimos dispuestos a considerar mentiroso a todo el mundo... ¡pero, por qué, señor!... nos encontramos con un caso de adulterio... y... Por otra parte, siempre habrá quien mienta... quien engañe... pero la virtud no muere... ni la fidelidad... ¡porque no puede morir el afecto... porque no puede morir el amor!...
Y para que los pasajeros retardados no le viesen llorar, Edwin Gillespie inclinó la cabeza permaneciendo así mucho tiempo. Al fin volvió á abrir el despacho instintivamente, para leerlo línea por línea. Sentía el deseo amargamente atractivo que nos impulsa á paladear los grandes dolores.
Refiérome al miserable desesperado que reúne a todas las miserias la miseria mayor, que es la ignorancia.... El ignorante envilecido y supersticioso sólo posee nociones vagas y absurdas de la divinidad.... Lo desconocido, lejos de detenerle, le impulsa más a cometer su crimen.... Rara vez hará beneficios la idea religiosa al que vegeta en estúpida ignorancia.
Como yo soy ferviente admirador de Rafaela, no se ha de extrañar que vea y note cierta bondad ingénita hasta en aquella parte de su alma que la induce e impulsa hacia lo malo. Si ella peca, según se murmura, a pesar del honesto recato con que lo encubre, su pecado, en mi sentir, nace de ciertas virtudes originales, que no sé cómo demonios se tuercen y se ladean.
Palabra del Dia
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