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Actualizado: 29 de junio de 2025


El olor de la tierra labrada es algo acre, pero muy grato. Lo que olía bien, eran unas mentas que vi al borde del pantano. Siento no haberme traído ramas. ¿Quiere usted que vaya por ellas? Pronto estaría de vuelta.... ¡Jesús, María y José! ¡Qué disparate, Don Ignacio! ¡ir ahora por las mentas! dijo Lucía; pero el placer de la oferta tiñó de púrpura su rostro.

Sobre el lance de San Ignacio, contesto yo a mi padre, que fue antes de que el santo se hiciera sacerdote, y sobre los otros ejemplos digo que no hay paridad.

Ahora hay esperanzas de fundar otro, con nombre de Nuestro Padre San Ignacio, hacia el Sur, en los Zamucos, que son más de mil doscientas almas, é inmediatamente los Ugaranós, que tienen la misma gente. Dichos Zamucos, ya vimos en el capítulo XIX cómo se alzaron y huyeron dando muerte al hermano Alberto Romero y á sus compañeros Chiquitos.

Un día, después de hablar con él, el jesuita pidió informes a la señora de la casa sobre aquel desconocido amigo, quizás para ver si le podía reconciliar con alguien, porque el afán del buen discípulo de San Ignacio era la reconciliación. Genara respondió: Si quiere usted ganar la palma del buen pacificador, hágale usted amigo de mi marido. ¿No se quieren bien? preguntó Gracián con astucia.

Francamente yo recelo que Ignacio estaba completamente loco ¿pero porqué nos lo oculta usted y no más lo declara, justificando al bueno del médico y no comparándole malamente con Pilatos, ya que Pilatos se limitó a lavarse las manos y el médico se ensució las manos y la conciencia con una horrible mentira?

¿Los Ejercicios? preguntó ella muy sorprendida. , los Ejercicios de san Ignacio digo... Ayer los han empezado en el Sagrado Corazón, en la calle del Caballero de Gracia... Todavía tiene usted tiempo; empiece esta misma tarde. Yo..., bueno..., desde luego... dijo Currita titubeando . Pero según tengo entendido, sólo se entra allí con papeleta y yo no la tengo.

Aquel anciano singular es una enciclopedia en su género. Inmediatamente que supo mi orígen, me preguntó por todos los Colombianos que habian visitado el Escorial, y muy particularmente por el señor José Ignacio París, el colonel Joaquín Acosta Y otros sujetos muy notables que no existen.

D. Juan Ignacio Terrada, Teniente Coronel urbano; el Sr. D. Francisco de Neira y Arellano, vecino y de este comercio; el Sr. D. José Agustin Lizaur, vecino y del comercio; el Sr. D. José Hernandez, vecino y del comercio; el Sr. D. Benito de Iglesias, vecino y del comercio; el Sr.

En seguida, y con presteza no menor, fue a la mesa, y tomando el candelero y entregándoselo a Ignacio, dijo en voz entera y tranquila: Alumbre usted. Artegui alumbró sin pronunciar palabra. Su sangre se había enfriado de pronto, y sólo le quedaba, de la terrible crisis, cansancio y melancolía más profundos que nunca. Cruzaron el dormitorio, el pasillo, sin despegar los labios.

El señorito... señorito Ignacio.... Llegó esta mañana... marcha esta noche... adónde no se sabe... no quiso recibirme.... Engracia dice que está más demudado que cuando salió para Bretaña.... Sardiola... pronunció difícilmente Lucía, sintiendo el corazón no mayor que una nuez . Sardiola....

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