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Actualizado: 28 de junio de 2025


Pepe, Leocadia y la madre callaban, sintiendo que se hablara de aquello, porque don José en tales casos acababa poniéndose de un humor de todos los diablos; pero Millán, que desde tiempo atrás tenía deseos de saber la historia del caso, fue poco a poco obligando al viejo a que la contara. Ese don Tadeo estaría entregado a gente de iglesia...

Si esto sucediera ni daríamos el alerta, ni abrigaríamos temores. El fraile en Filipinas no solamente es un bien, sino que constituye una verdadera necesidad. El estrecho de San Bernardino. Cabeza Bondog. Ruinas. El volcán Mayon. ¡Ancla! San Jacinto. Su Iglesia. La india Ignacia. El toque de oración. El atung-taqui.

El interior del templo es tambien suntuoso é imponente: cinco naves inmensas cruzan la iglesia en toda su longitud, y otra nave lateral, tan grande por sola como una iglesia, forma una elegante cruz. Detras del altar mayor se abren tres grandes rosetas de ciento cuarenta y cuatro cristales cada una, pintadas con la mayor riqueza de colores imaginable.

Recibiéronle y tratáronle con tierno afecto, dándole de buena gana parte de su pobreza y regalándole con algunas frutas silvestres, que eran las delicias de más precio que tenían en aquellas miserias. Suplicáronle se quedase con ellos y no los abandonase en medio de tanta aflicción, prometiendo levantarle iglesia y casa y proveerle de lo necesario para su sustento.

Usted sabe que no, y se queja con razón viendo cómo se extinguen, sin el auxilio popular, las antiguas grandezas de la Iglesia. Eso es verdad dijo el Vara de plata . No hay fe: nadie es capaz de hacer un sacrificio por la casa de Dios. Sólo en la hora de la muerte, cuando entra el miedo, se acuerdan algunos de ayudarnos con su fortuna. No hay fe; ésa es la verdad.

Pero era tan susceptible como impresionable; tenía aquella mueca siempre delante de los ojos como barrera insuperable. Por otra parte, después que salía de la iglesia, ya no hallaba ocasión de verla en toda la semana. Según le habían dicho, no habitaba en el mismo pueblo, sino algo más lejos; cosa de un tiro de bala hacia la montaña. No había, pues, modo de verla sino haciéndole una visita.

Por esto sucede que no me gusta oir en una iglesia la música de Donizzeti, ni de Bellini, ni de Verdi.

Los recuerdos penosos de su matrimonio se iban poco a poco borrando de su memoria. Había olvidado la lúgubre ceremonia de Santo Tomás de Aquino y se consideraba como una prometida que espera el momento de ir a la iglesia. No pensaba ya en la señora Chermidy y no experimentaba aquel frío interior que da el temor de una rival.

, Wittmann; los días son cortos, y los caminos, a través de los bosques, difíciles después de las seis; tengo que llegar a buena hora. Entonces, buen viaje, maestro Juan Claudio. Hullin salió y atravesó la plaza apartando la vista del convoy, que estaba aún parado a la puerta de la iglesia.

Dolly escuchaba con aire piadoso, dirigiéndole miradas a Marner con cierta confianza de que aquellos acentos contribuirían a atraerlo a la iglesia.

Palabra del Dia

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