Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 16 de mayo de 2025
¡Para mí, tres! ¡Ánimo, hermanos! ¡Ánimo! Como una ráfaga, la hueste de chalanes siente el triunfo de los segundones. En un tácito acuerdo comienzan a cejar, sin vergüenza de ser vencidos por aquellos tres hidalgos. ¡Que para eso son hidalgos y señores de torre! Oliveros, en tierra, de cara contra la yerba, ruge, sofocado por las manos del hercúleo segundón.
Esta catástrofe dilo Maltrana metió algún ruido, porque entre los aventureros iba el hijo único de Lope de Vega, mozo poeta deseoso de seguir una de las seis carreras de los hidalgos de entonces. Pero ocurrían con mucha frecuencia estos naufragios por imprevisión o por audacia, sin que de ellos quedase noticia alguna... ¡Si este mar pudiese contarnos todos los dramas ignorados del descubrimiento!
Luego todos los portugueses, eclesiásticos y seculares, que entonces residían en Roma. Luego los parientes del Embajador, todos en caballos que ostentaban ricos jaeces. Eran los jinetes más de sesenta hidalgos, que lucían sedas y encajes, collares y cadenas de oro y de piedras preciosas, y en los sombreros, cubiertos de perlas, airosas y blancas plumas.
Hago la negra dura cama y tomo el jarro y doy comigo en el río, donde en una huerta vi a mi amo en gran recuesta con dos rebozadas mujeres, al parecer de las que en aquel lugar no hacen falta, antes muchas tienen por estilo de irse a las mañanicas del verano a refrescar y almorzar sin llevar qué por aquellas frescas riberas, con confianza que no ha de faltar quién se lo dé, según las tienen puestas en esta costumbre aquellos hidalgos del lugar.
¡Ah! dijo tranquilizándose la vieja ; ¡alegróme de que ese sea vuestro apuro! ¡conque ya os regalan! ¡preciso! ¡hidalgos como vos!... Gastan de lo que han heredado de su padre contestó severamente don Juan. ¡Ah! perdonad, perdonad, señor: ¿y es de mucho valor la alhaja? No entiendo de eso... pero yo pido por ella mil doblones. Rica debe ser, pero mostrad.
Y este pueblo era como la capital del «antiguo y conocido campo de Montiel», que abarcaba veintidós pueblos, desde Montiel hasta Alcubillas, desde Villamanrique hasta Castellar. Y en esta centralización aristocrática y administrativa ha encontrado Infantes su ruina. Los hidalgos no se ocupan en los viles menesteres prosaicos.
Ahí tiene usted un hombre cuyo padre fue mozo de mulas en la dehesa que mi suegro tenía en Extremadura. No sabía... dijo D. Alonso . Aunque hombre obscuro, yo creí que el Príncipe de la Paz pertenecía a una familia de hidalgos, de escasa fortuna, pero de buenos principios». Así continuó el diálogo, el Sr.
«Muy honrado caballero Es don Diego; pero sea El que ha de ser vuestro yerno Tal, que al hábito os suceda Como á vuestra noble casa.» 215 Entonces don Diego, vuelta La color en nieve, dice, Y de ira y cólera tiembla: «Tan bueno soy como el Duque.» Yo con ira descompuesta 220 Respondo: «Los escuderos, Aunque muy hidalgos sean, No hacen comparación Con los príncipes; que es necia.
No deja desposarme, Y aquella noche, con armada gente, La roba, sin dejarme Vida que viva, protección que intente, Fuera de vos y el cielo, A cuyo tribunal sagrado apelo. Que habiéndola pedido Con lágrimas su padre y yo, tan fiero, Señor, ha respondido, Que vieron nuestros pechos el acero; Y siendo hidalgos nobles, Las ramas, las entrañas de los robles. REY. Conde. CONDE. Señor. REY. Al punto.
Los más eran combatientes de las guerras de Europa, segundones de ilustres casas, hidalgos pobres que habían hecho su aprendizaje en los tercios de Italia y de Flandes y asistido al saco de Roma: soldados orgullosos de sus hazañas y un tanto indisciplinados, que consideraban a sus jefes como iguales.
Palabra del Dia
Otros Mirando