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Su esposa, que era andaluza, había muerto en edad muy temprana, dejándole un solo hijo, que desde el nacer demostró hallarse privado en absoluto del más precioso de los sentidos. Esto fue la pena más aguda que amargó los días del buen padre. ¿Qué le importaba allegar riqueza y ver que la fortuna favorecía sus intereses y sonreía en su casa? ¿Para quién era esto?

Porque la infeliz D.ª Carmen, a más de no hallarse muy al tanto de los usos sociales, era tan débil con los caprichos y fantasías de su hijastra, que los tomaba sin inconveniente por actos razonables, por expresión de su gusto indiscutible y su elegancia. Algún disgusto le proporcionó tal vanidad.

La superficie de éstas, es decir, la de los océanos y de los mares, es la que principalmente afecta la forma de una esfera; las tierras presentan desigualdades de nivel, que parecen hallarse á primera vista en contradicción con dicha forma regular. Nótanse elevaciones y depresiones, montañas y valles, aparentemente considerables.

El hombre no es un Dios en quien todo se santifique por solo hallarse en él; las impresiones que recibe, son modificaciones de su naturaleza que en nada alteran las leyes eternas; una cosa justa no pierde la justicia, por serle desagradable; una cosa injusta, por serle agradable, no se lava de la injusticia.

Sin embargo, al cabo se durmió con la sonrisa en los labios. Un ángel progresista que el Eterno tiene aparejado para estos casos, batió las alas toda la noche sobre su frente, inspirándole ensueños felices. A la mañana siguiente se encontró en la mejor disposición de espíritu en que hombre alguno puede hallarse después de coronados sus esfuerzos por un éxito lisonjero.

La mision de Cavinas, en razon de hallarse tan alejada, fué la única que durante la dominacion española se vió exenta de la contribucion personal.

Al hallarse en medio de sus veinticuatro enormes columnas y delante de su coro de severas y ricas esculturas de madera, que se destaca en la sombra de los altos muros tristes y desnudos, se cree uno como encerrado en una catacumba con las osamentas de la edad media.

De esta época data en la historia de su vida la larga serie de correrías que hicieron por Madrid, evitando siempre ir por calles céntricas donde pudieran hallarse de manos a boca con quien diera en sus casas noticia del encuentro.

Y aunque de vez en cuando le clavaba una larga mirada amorosa para indemnizarle, Raimundo la consideraba como una limosna, el mendrugo que se arroja a un pobre para que no se muera de hambre. ¡Qué le importaba a él en aquel instante hallarse en la superficie o en el centro de la tierra, ni aun que ésta se hundiese y le aplastase como un insecto!

Ya dije que los heridos se habían transportado al último sollado, lugar que, por hallarse bajo la línea de flotación, está libre de la acción de las balas. El agua invadía rápidamente aquel recinto, y algunos marinos asomaron por la escotilla gritando: «¡Que se ahogan los heridos