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Actualizado: 2 de mayo de 2025
Bastaba para esto saber que todo el granero de su casa lo tenía lleno de libros misteriosos, en idiomas extranjeros, todos conteniendo horribles doctrinas contra las sanas creencias en Dios y en la autoridad de sus representantes.
No quiere creer en sus sentidos. Todo ha cambiado, todo está embellecido. El patio, que la lluvia en otro tiempo convertía en un horrible pantano y que durante el verano era un hoyo lleno de polvo, luce entonces un verde césped y parece una pradera cubierta de flores. Las puertas del granero y de las cuadras brillan con un hermoso color obscuro y tienen números pintados de blanco.
Se efectuaba en una amplia estancia que había en la parte trasera y que llamaban «el granero». Regalado, en su cualidad de divinidad campestre, presidió también á esta faena agrícola, y más rumboso que los demás vecinos, en vez del acostumbrado candil colgó del techo un velón de cuatro mecheros. Reuniéronse casi todos los mozos y mozas de Entralgo. Vinieron también algunos de Canzana.
En el fondo del abismo se extendía una gran nube blanca; a través de aquella nube se veía una lucecilla agitarse sobre la ladera de «El Encinar» y no se veía más; pero cuando a veces soplaba el viento, el incendio aparecía: los dos altos mojinetes, negros: el granero, incendiado; los establos pequeños, ardiendo; luego, todo desaparecía otra vez.
Tomando el tente en pie que nos sirvió el tabernero con excelente voluntad y poquísima limpieza, y reanimados los bríos de las cabalgaduras con no sé qué brozas nutritivas que se hallaron en el pajar de la taberna y en el granero de un vecino, volvimos a montar Neluco y yo para seguir nuestro camino, del que nos faltaba todavía lo más largo y lo peor, según el médico me dijo al cabalgar.
Una vez en la cuadra del granero, mientras buscaba su talabarte, Medrano contó brevemente lo que pasaba. En la vecina heredad, Cerbero, el perrazo que servía de guardián en los portones, se había vuelto rabioso, mordiendo a un lacayo y escapando hacia el monte.
El verano tocaba a su fin, y la última cosecha había pasado de los campos al granero, cuando el maestro pensó también recoger por medio de un examen los maduros frutos de las tiernas inteligencias que se habían puesto bajo su cultivo y dirección.
Si atendemos á los institutos de beneficencia y de servicio oficial de la ciudad ó del gobierno cantonal, son muy notables: el Arsenal cantonal, con una hermosa coleccion de armas y armaduras antiguas, el Banco de préstamos, la Caja de aseguras contra incendios, la Casa de moneda, que acuña tambien para muchos otros cantones de la Confederacion, la Casa de reclusion ó de forzados, en que caben 400 detenidos y que es una de las mejores de Europa, en su género, la Casa criminal de detencion, el Granero público de la ciudad, la Fábrica de pólvora, cuyos productos son de los mejores de Europa, y en fin algunos bellos hospitales ricamente dotados.
No le gustaba, pero un hombre debe probar todas las cosas, y volvió á animarse con las mismas reflexiones que le habían llevado hasta la taberna. Cuando un padre de familia ha trabajado y tiene en el granero la cosecha, bien puede permitirse su poquito de locura. Sintió calor en el estómago y en la cabeza una deliciosa turbación.
A la izquierda se alzaban el granero y el lagar; a la derecha, las cuadras y el palomar, cuyo negro mojinete se destacaba del cielo obscuro y tormentoso; por último, frente por frente a la puerta, se hallaba el lavadero.
Palabra del Dia
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