Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 25 de mayo de 2025


En fin, don Isidro dijo la gitana , hay que tomar una resolución. Pecho al agua; algo durilla es la cosa, pero yo creo que la probe señorita estaría mejó en el hospital. ¡El hospital! Maltrana quedó aturdido, como si esta palabra equivaliese a un golpe... Pasado un rato, pudo reflexionar. ¡El hospital! ¿Y por qué no?

Llevaron a Preciosa con su abuela a que la Corregidora la viese, y así como la vió dijo: Con razón la alaban de hermosa. Y llegándola a , la abrazó tiernamente, y no se hartaba de mirarla, y preguntó a su abuela que qué edad tendría aquella niña. Quince años respondió la gitana , dos meses más a menos.

Sacó el mozo una bolsilla de brocado, donde dijo que iban cien escudos de oro, y dióselos a la vieja; pero no quería Preciosa que los tomaste en ninguna manera; a quien la gitana dijo: Calla, niña; que la mejor señal que este señor ha dado de estar rendido es haber entregado las armas en señal de rendimiento; y el dar, en cualquiera ocasión que sea, siempre fué indicio de generoso pecho.

Ya habrás notado que no juega con el vargueño ni con las cornucopias, ni se honra con tan señalada procedencia. Es ebanistería de la más mala entre lo peor que se ha hecho y estilado en esta tierra. Con todo, tiene para gran mérito por los recuerdos que me trae a la memoria... ¿Te vas enterando también, desaboría gitana? , zeñó, contestó la rondeña, muy grave y con los ojos muy abiertos.

Y cuando callaban un momento, volvía a sonar la voz de la vieja, desesperada, estridente, como la de un sacerdote del dolor. ¡Se va la paloma blanca; la gitana durse; el capullito de rosa antes de abrir!... ¡Señó Dios! ¿en qué piensas, que sólo ajogas a los buenos?...

Nos habían dicho que en el arrabal de Triana veríamos cuadros curiosos y animados de la población gitana, que es bastante numerosa. Pero no encontramos sino tristeza, soledad y silencio. Acaso escogimos mal la hora ó el día para satisfacer nuestra curiosidad. Hay muchos gitanos católicos en España, y sinembargo se les ve persistir en sus hábitos de aislamiento.

Era una cañí, una hija legítima del marqués de San Dionisio. ¡Que no le quitasen a ella sus juerguecitas hasta el amanecer, tocando palmas y taconeando sentada, con las faldas en las rodillas! ¡Que no la privasen del vino de la tierra, que era su sangre y su felicidad! Si rabiaba la familia, que rabiase. Ella quería ser gitana como su padre.

Otros, que conocían a Alcaparrón por sus truhanerías, rieron al saber que la enferma era de su familia. Y todos, olvidando a la gitana, volvieron a comentar la graciosa ocurrencia de Dupont el loco, acosando con nuevas preguntas a Rafael, para saber qué hacía la Marquesita mientras su amante soltaba el novillo, y si ésta había corrido mucho.

No tienen acento andaluz, ni mantones de Manila, ni gracia gitana, ni nada... Soy española, ¡olé! canta una cupletista. Y para afirmar su españolismo, golpea fuertemente el tablado con un pie, y se dedica, durante un año, a hacer flexión de riñones al compás de la música. Luego dice dónde ha nacido, que es: o en el barrio de Maravillas, o en las Vistillas, o en Triana, o en Granada.

Así es la verdad dijo la gitana ; y de qué criatura sean lo dice ese escrito que está en ese papel doblado. Abrióle con priesa el Corregidor, y leyó que decía: "Llamábase la niña doña Costanza de Azevedo y de Meneses; su madre, doña Guiomar de Meneses, y su padre, don Fernando de Azevedo, caballero del hábito de Calatrava.

Palabra del Dia

commiserit

Otros Mirando