Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 13 de junio de 2025
Sentado en un amplio sillón de velludo carmesí, al lado de ancha ventana, el Cardenal de Portinaris estaba dictando su testamento. A la primera cláusula que contenía su profesión de Fe, había logrado dar un giro distinto del acostumbrado, de manera que a la par de un compendio de la Religión Católica resultaba un verdadero opúsculo literario.
La sonda por las playas de mas de seis cuartas, y lo restante de mas de tres varas: pobladas las márgenes del rio de campos y sauzales. El 23 al amanecer regalé á toda la chusma que habia llegado esta noche, que serian 250. Despedíme de mis amigos: nuestro rio da vueltas y revueltas, sin perder su natural giro al naciente.
Algunas veces, por frases que se le escapaban, daba a entender que no quería bien al clero, mas nunca salían de sus labios improperios ni frases agresivas; y si alguien las pronunciaba en su presencia, no sólo se abstenía de hacerle coro, sino que procuraba torcer el giro de la conversación.
La conversación giró en seguida, por iniciativa del mismo D. Bernardo, sobre la necesidad absoluta que tenía su hermano de llevar a casa una señora, opinión que ya le oímos emitir no hace mucho tiempo. Si mi hermano se empeña en permanecer soltero, mucho más valdría que se deshiciese de los muebles y se fuese a vivir a una fonda.....
¡Bonito se puso Butrón! A las primeras palabras de la marquesa, respiró con fuerza, murmurando: «No está mal el remedio». Mas cuando vio, por el giro que daba la dama a su respuesta y por el plan que exponía, que no era una estratagema la que usaba, sino un verdadero proyecto que podían imitar otras muchas, saltó fuera de sí muy incomodado, gruñendo entre sus bigotes puestos en punta: ¡Demonio..., demonio..., demonio!... Si el remedio es peor que la enfermedad, si lo echa todo a rodar con eso... Se lleva la mitad, nos lo quita, nos lo roba...
Después giró la vista en torno con cierta alarma, y continuó en voz baja como si las cepas pudiesen oírle: Tú ya me conoces: te trato con confianza porque eres incapaz de andar con soplos y porque has visto mundo y te has desasnado en el extranjero. ¿A qué me vienes con preguntas? Ya sabes que callo y dejo rodar las cosas. No tengo derecho a más.
Giró sus ojos recelosos, inspeccionó minuciosamente los contornos y se retiró en seguida; volvió a asomarse y otra vez se retiró, como si espiase la llegada de un ladrón. El ladrón llegó, en efecto.
Resuelto, pues, a llevar a cabo el proyecto, comenzó sigilosamente a hacer sus preparativos. Vendió los coches y los caballos, giró a la capital de Francia dinero, envió a su criado por delante con los objetos necesarios, hizo la maleta; y una tarde se metió cautelosamente en un coche del Sud-exprés y huyó de Madrid sin dar cuenta a nadie de su viaje.
Contestó Amalia con otra más leve. El caballero giró sobre los talones y salió.
Las emociones varias que se sucedieron en Isidora, las cosas que pensó en rápido giro de la mente, no son para contadas.
Palabra del Dia
Otros Mirando