Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 6 de mayo de 2025


El Napoleon y el guardia civil. Prometi dar cuenta de una disputa que presencié el otro dia en el restaurant de las Columnas. Era la siguiente. Dos caballeros discutian en alta voz, acerca de la prenda que constituia el carácter más grande del hombre. Uno opinaba que era la generosidad, la abnegacion. El otro decia que era el valor ó la firmeza.

Era un delicado obsequio con el cual quería nuestro buen Thiers pagar diferentes deudas de gratitud a su insigne amigo D. Manuel María José del Pez. Este próvido sujeto administrativo había dado a la familia Bringas en Marzo de aquel año nuevas pruebas de su generosidad.

La opulencia de la mina y la generosidad de Salcedo y de su hermano don Gaspar atrajeron, en breve, gran número de aventureros a Laycacota. Oigamos a un historiador: «Había allí plata pura y metales, cuyo beneficio dejaba tantos marcos como pesaba el cajón. En ciertos días se sacaron centenares de miles de pesos».

Mtt. 27. 25. Si se hereda por desgracia, ni con la sociedad se transfunde ni con la vecindad se pega. Y qué pierde de su nativa generosidad el León Rey porque se llame León el Leopardo manchado? O qué se deslustró Judas Tadeo en que se llamara también Judas, el Iscariote?

El desposeido príncipe reiteró lleno de agradecimiento sus humildes postraciones, ensalzando con esclamaciones de entusiasmo la generosidad y gloria de su protector.

Mi excelente amigo: Á su bizarría, á su generosidad, se debe que estos Apuntes sevillanos salgan á la luz pública, reunidos y puestos en orden conveniente. ¿Cómo no he de honrarme escribiendo su nombre de Vd. en la dedicatoria de este mi nuevo libro?

María Teresa hacía elogios de la generosidad de su tía. Ella se ocupaba de su mantenimiento y sus diversiones, orgullosa de ostentarla a su lado en teatros y fiestas. Era capaz de darle toda su fortuna: pero tenía hijas, y éstas batallaban a todas horas contra la influencia de su prima.

Pero no sea usted tonto dijo Fortunata con aquel arranque de generosidad, que en ella era tan común . Yo tengo guita. Si quiere mandar a paseo a las Samaniegas, mándelas. Que se fastidien, que se arruinen, que coman piedras... Yo le doy a usted lo que necesite para su madre y para el pensador, hasta que encuentre otra botica. Tenga confianza conmigo... O semos o no semos.

Si yo no se lo hubiera ofrecido es probable que no me lo hubiera pedido nunca, pero desde el día en que pagué, encontró muy natural continuar aprovechándose de mi generosidad. Y aquí empieza el período más deplorable de mi existencia. La acusación á que sucumbí estuvo basada en las locuras que hice para sostener los gastos de Lea.

Freya hizo un ademán de protesta, al mismo tiempo que el marino se arrepentía de su generosidad... ¿Por qué favorecer á una mujer que le recordaba la muerte de su hijo?... ¿Qué había de común entre los dos?... Los viles amores de Nápoles harto los había pagado con su desgracia... Que cada uno siguiese su destino; pertenecían á mundos distintos... ¿Iba á tener que defenderse toda su vida de esta hembra pegajosa?

Palabra del Dia

commiserit

Otros Mirando