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Actualizado: 24 de junio de 2025
Encontrábales cierta desfachatez que se le antojaba canallesca, bien distante de la casta y severa majestad de las grandes damas de otros tiempos. Llegó a pensar que hallaría la esposa soñada en las soledades de provincia y hasta en otras cortes menos modernas, como las de ciertos pequeños principados de la feudal Alemania.
Pero, mi querido lector, ahora me acuerdo que, al hablar del palacio de Luxemburgo, he omitido un detalle que pertenece á estos apuntes. Cerca de aquel palacio, se ve un edificio algo sombrío, casi oscuro; una casa que parece un castillo feudal, cuyo nombre le cuadra perfectamente, no tanto por lo negruzco de sus piedras, como por lo que tiene de misterioso, de galante y de aventurero.
Aquella llaneza, aquella deferencia, si ahondamos en su corazón, es una honra que cree dispensar, una limosna que cree hacer al plebeyo. Trate éste diariamente con él, y al fin de la jornada nos dará noticias de su amabilidad: ocasiones habrá en que algún manoplazo feudal le haga recordar con quién se las ha.
Mira, hermana, mi amigo es tan rico y abundan tanto en su casa los objetos de toda laya, que lo mismo que aparece como indostaní en la fotografía, hubiera podido aparecer griego del tiempo de Pericles, magnate egipcio de la época de los Faraones o de los Ptolomeos, Mirza contemporáneo de Hafiz o señor feudal del siglo de la primera cruzada.
De esta suerte han suspirado los trovadores de humilde cuna y de bolsa vacía por la gran señora feudal que los recibió benigna en su castillo; los cortesanos, por alguna linda reina de las que ha habido virtuosas y ariscas, aunque aficionadas a que suspiren por ellas, y muchos Gerineldos de mayor o menor jerarquía, por la hermosa dama a quien sirvieron.
Los dos centinelas heráldicos que allí encontramos, eran dos lacayos de la casa; la librea al servicio de la mercancía; el blason feudal dando crédito á la materia francesa. El ridículo es tambien crédito, cuando el crédito nace de una ridiculez.
Colonia, la vieja Colonia de Agrippina, patria de la madre de Neron, como del admirable Rubens, un tiempo gobernada por Trajano, antigua capital de la «Germania inferior,» sucesivamente opulenta y gloriosa, miserable y conquistada, miembro poderoso de la «Liga anseática,» ciudad feudal, ciudad-libre imperial, dominada por arzobispos y generales, presa del imperio germánico, de la república y del imperio de Francia, y aun de los Rusos en 1814; Colonia, la metrópoli comercial del Rin aleman, es acaso la mas histórica de todas las ciudades alemanas, la que ha pasado en su larga existencia por una serie mas complicada de acontecimientos diversos, la que ha ejercido mas poderosa influencia en las comarcas del Rin, y la que por los numerosos contrastes de su modo de ser ha ofrecido ejemplos mas elocuentes de lo que influyen las instituciones políticas y religiosas sobre las costumbres de los pueblos.
Se componía de tres personas cuyas siluetas fugitivas había ya visto desde lejos en medio de las viñas: una niña morena, llamada Clemencia, un niño rubio, delgadito, que crecía demasiado de prisa y que ya prometía llevar el nombre mitad feudal y campesino de Juan de Bray, con más distinción que vigor.
Por la parte más próxima a la calle, fuertes rejas de hierro completaban el aspecto feudal del edificio. Al pasar junto a la puerta de una de las habitaciones del entresuelo, Juanito la vio abierta y, lo que es natural, miró hacia dentro, pues todos los accidentes de aquel recinto despertaban en sumo grado su curiosidad.
Ni piden limosna, como los de Italia; ni dan látigo, como los de Rusia; ni se hacen caballeros de industria, como tantos en Francia; ni viven á estilo feudal, como los de Alemania; ni viajan como los de Inglaterra con orgullosas ínfulas.
Palabra del Dia
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