Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 20 de mayo de 2025
Tiempo hacía que Maxi se había dedicado a mirar al cielo. «Mire uste, Sr. D. Evaristo dijo sintiéndose lleno y ahíto de aquella espiritual sustancia, acopiada a fuerza de barajar sus tristezas con las hojas de los libros . La desgracia me ha hecho a mí volver los ojos a las cosas que no se ven ni se tocan.
Dijo esto último sonriendo con tal hombría de bien, que Maximiliano se llenó de confusiones. No sabía qué contestar, y sentía que se le apretaba la garganta. Despidiose D. Evaristo, dejando al pobre chico en tal grado de aturdimiento, que durante muchos días hubo de revolver en su mente indigestada los dejos de aquel coloquio que tuvo con el respetable anciano, en una noche fría del mes de Marzo.
A Maxi le agradaba poco la amistad de Feijoo, sin que a punto fijo supiera por qué. Pero lo más particular era que a la misma Fortunata, al mes de aquella vida, empezaron a serle menos gratas las visitas de D. Evaristo.
Claro... ¿A qué vienen esos odios y esas venganzas de melodrama? dijo gozoso don Evaristo . Para perderse nada más. ¡Dichoso el que sabe elevarse sobre las pasiones de momento y atemperar su alma en las verdades eternas! Y para su sayo habló de este modo: «Tan metafísico está este chico, que nos viene como anillo al dedo».
Aquí D. Evaristo se acercó más a ella, como si temiera que alguien le pudiese oír, y con el dedo índice muy tieso iba marcando bien lo que le decía. «Lo segundo es que tengas mucho cuidado en elegir, esto es esencialísimo; mucho cuidado en ver con quién... en ver a quién...». La conclusión del concepto no salía, no quería salir.
Si lo viera usted cuando se pone a mirarme... ¡Pobrecito! Me quiere mucho. Sabe que le quiero más que a mi vida, y que es para mí el mundo entero. Ya sabe usted lo convenido. Seré padrino de Su Excelencia. Usted me lo prometió la última vez que nos vimos. Sí, sí, y no me vuelvo atrás. Usted será padrino. Muy bien. Se llamará Juan, después Evaristo, y después Segismundo.
Pues si no lo deseara ¿cómo me había de meter yo en semejante negocio? ¿No comprende usted...? Sí... pero... No hay que confundir. El perdón puramente espiritual o evangélico, ya lo tiene... Pero el otro perdón, el que llamaríamos social, porque equivale a reconciliarse, es imposible. Vamos, que no será tanto dijo para sí don Evaristo, subiéndose el embozo. Es imposible repitió Maxi.
Y D. Evaristo se quedó solo, pensativo y dulcemente ensimismado, saboreando en su conciencia el goce puro de hacer a sus semejantes todo el bien posible, o de haber evitado el mal en la medida que la Providencia ha concedido a la iniciativa humana. Otra restauración i
El aviso de la visita de la santa calmó bastante a la madre; pero no al hijo, que no entendía aún ni jota de santidades. Presentose la dama a las nueve, acompañada de Estupiñá; y después de saludar a Segunda como si fuera esta la señora más encopetada, pasó, y antes de decir nada a la que fue su amiga, examinó bien a Juan Evaristo Segismundo.
También charló Juan Pablo de política, diciendo con mucho tupé que el Gobierno estaba de cuerpo presente, y que la situación duraría... a todo tirar, a todo tirar, tres o cuatro meses. viii La primera vez que D. Evaristo visitó a su dama después de esta entrevista, abrazola gozoso, y le dijo: «Albricias... vamos bien, vamos bien». ¿Pero qué... qué hay? ¿buenas noticias?
Palabra del Dia
Otros Mirando