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Tratábase de que ganara premio en los exámenes, y para esto la niña estuvo por espacio de tres años estudiando una dichosa pieza, que no acababa de dominar nunca. Pieza por la mañana, pieza por tarde y noche. Ballester se la sabía ya de memoria sin perder nota.

Como sus tipos mejores, Capus estaba cierto de que los años venideros desvanecerían la oscuridad en que la indiferencia del presente dejaba su nombre, y entretanto continuó estudiando, aguardando lo que él mismo llamaba más tarde la ocasión, «la vena». Alfredo Capus no sobresale como creador de caracteres; este dón, inagotable en Balzac, lo disfrutan muy pocos.

En ciertos momentos, cuando se hallaba bajo el peso de algún nuevo agravio, volaba su imaginación en alas de la cólera y se complacía en ir estudiando detenidamente todos los tormentos de que había oído hablar, los que empleaba la Inquisición con los herejes y los Emperadores romanos con los cristianos, y todos ellos se los aplicaba con fruición a su madrastra.

Line no acudió, señoras y caballeros; en honor suyo había perdido una clase de Trigonometría. No es un sacrificio, porque que en el examen de fin de año me calabacearán y, por tanto, juzgo inútil estropearme las meninges estudiando Trigonometría, en la que no sobresaldré nunca. A la semana siguiente, Line me juró con todas las veras de su alma que sería puntual a la nueva cita.

Mientras que el apacible D. José se quedaba en casa estudiando, ó iba al convento á ayudar á misa, ó empleaba su tiempo en otras tareas tranquilas, D. Fadrique solía escaparse y promover mil alborotos en el pueblo. Como segundón de la casa, D. Fadrique estaba condenado á vestirse de lo que se quedaba estrecho ó corto para su hermano, el cual, á su vez, solía vestirse de los desechos de su padre.

Pero se conserva un sistema funesto, por espíritu de rutina y profundo atraso de los hombres de Estado en el conocimiento de la economía social. Estudiando con atencion y sin prevencion al pueblo español, se halla que él posee muchas y eminentes cualidades características, y muchos y muy graves defectos de educacion.

Ana sin saber por qué, sintió un poco de ira. «¿Cómo serían aquellos amores de Petra y el molinero? ¿Qué le importaba a ella...?». Pero la manera de mirar a Petra, estudiando los pormenores de su traje, algo descompuesto, la fatiga que no podía ocultar, el sudor, el color de sus mejillas, revelaba una curiosidad que quería ocultar en vano la Regenta. «¿Qué había hecho en el molino aquella mujer?». Este pensamiento baladí, obsesión estúpida que era casi un dolor, absorbía toda la atención de Ana, a su pesar.

Hacia esa época, un sabio profesor habrá publicado una obra enorme en muchos volúmenes muy gordos, estudiando la guerra, no sólo en su aspecto militar, sino en su aspecto social, en su aspecto político, en su aspecto económico y en todos sus aspectos. Probablemente, la primera parte de esta obra estará dedicada a las guerras de la Edad Antigua, cuando aun no existía Alemania.

Los naturalistas que recorren la montaña estudiando los seres vivientes que la habitan, plantas ó animales, no se limitan á estudiar las especies en su forma y en sus costumbres actuales: quieren conocer también la extensión de su dominio, la distribución general de sus representantes en las pendientes y la historia de su raza.

Estudiando sus idiomas, haciendo la comparacion de los unos con los otros, y reuniendo todos los dialectos, he conseguido, despues de tantas investigaciones, poder reducirlas á diez: los Moxos, los Itonamas, los Canichanas, los Movimas, los Cayuvavas, los Itenes, los Pacaguaras, los Chapacuras, los Maropas, y los Sirionos, de cuyo exámen vamos á ocuparnos por separado.