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Actualizado: 27 de junio de 2025
Grande, sublime, entusiasmador es todo cuanto pueda contribuir á fijar en el tierno corazon de la Reina la idea, de que el Aragon ha sido mas de lo que es, y puede ser todavia mucho mas, sino se le deja en el olvido, y se le mira como un pais que puede elevarse al mas alto grado de esplendor. De lo que deberia egecutarse para conservar y reparar las preciosidades de este edificio.
Había hermoseado su tienda con lujo asiático: magníficas sillas pintadas de verde esmeralda; clavos romanos, tamaños como platos soperos, para colgar las toallas de tela de un dedo de grueso, grabados que representaban un Telémaco muy largo, un Mentor muy barbudo y una Calipso muy descarnada; tales eran los adornos que rivalizaban en dar esplendor al establecimiento.
Su tuviese unas esmeraldas tan hermosas como Clementina, dejaría las perlas en sus estuches respondió la dama, mostrando al sonreír unos dientes bastante desvencijados donde brillaba en algunos puntos el oro del dentista. Haría usted mal. Las mujeres hermosas están en la obligación de ponerse lo que les va mejor. Dios quiere que sus obras maestras se manifiesten en todo su esplendor.
Nótese que el siglo de S. Eulogio fué aquel en que el arte arábigo, hijo primogénito del bizantino, segun queda latamente demostrado en el capítulo anterior, alcanzó su mayor grado de esplendor; y que el arte mozárabe, cualquiera que fuese, no podia permanecer estraño á sus atractivos. De todas maneras, cualquiera que compare la portada de la fachada antigua de Santiago con la lateral de Sta.
Nuestra Edad Media produjo un pueblo culto, industrioso y civilizado como ninguno de los del mundo. Se amontonaron en ella los materiales para construir una nación grande; pero llegaron arquitectos de fuera y levantaron este edificio, cuyos primeros años de existencia asombran a usted con el esplendor de la novedad, pero entre cuyas ruinas caminamos ahora.
Su cara encendida y seca, sus ojos iluminados por esplendor siniestro, su inquietud ansiosa, sus bruscos saltos en el lecho, cual si quisiera huir de algo que le asustaba, eran espectáculo tristísimo que oprimía el corazón.
No será precisamente metempsicosis... pensó ; pero puede haber algo de eso... de otra manera. ¿Quién sabe si la inmortalidad del alma es una cosa así, se explica por esta especie de renacimiento? Sí, el corazón me lo dice, y me lo dice la intuición; mi hijo será algo de mi padre. Y ahora los Reyes nacen ricos; vuelven al esplendor antiguo...».
Allí están entre todas, brillantes sobre las listas de la bandera, las que iluminan el vuelo del águila de América, de esta tu América formidable, de ojos azules. Ave, Libertad, llena de fuerza; el Señor es contigo: bendita tú eres. Pero, ¿sabes?, se te ha herido mucho por el mundo, divinidad, manchando tu esplendor.
Una sonrisa crispó sus labios. ¡Perecer! sí, pero no solo. ¡Sucumbir! muy bien, pero no sin vengarse. Los jinetes empezaban á aparecer por las anchas avenidas del bosque. Los coches rodaban al trote de sus tiros, los más hermosos del mundo. La vida elegante renacía en su diario y monótono esplendor.
La imaginación de los americanos primitivos, que ha creado las leyendas originarias del Méjico y del Perú, tiene que brillar también en estas alturas, donde la proximidad de los cielos debe haberle comunicado mayor intensidad y esplendor.
Palabra del Dia
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