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Actualizado: 23 de junio de 2025
Paréceme que su rostro Lleno de aljófares veo Por las mejillas de grana, Su honestidad defendiendo; Paréceme que la escucho ¡Lastimoso pensamiento! Y que el tirano la dice Mal escuchados requiebros; Paréceme que a sus ojos Los descogidos cabellos Haciendo están celosías Para no ver sus deseos. Déjame, Nuño, matar; Que todo el sentido pierdo. ¡Ay, que me muero de amor! ¡Ay, que me abraso de celos!
Los Febrer volvieron a su casa cubiertos de gloria en plena derrota: uno con el testimonio de amistad del César; otro, el comendador, tendido en una camilla y blasfemando como un pagano por haberse interrumpido el cerco de Argel. ¡Príamo Febrer!... Jaime no podía pensar en este personaje sin un sentimiento de simpatía y curiosidad que le habían infundido los relatos escuchados en su infancia.
Sin embargo, cuando éste, lleno de sumisión, inclinándose con el sombrero en la mano, abrió la portezuela, brillaban sus ojos con maliciosa expresión: al subir al pescante dio un pellizco significativo a su compañero, y ambos rieron groseramente sin osar decirse lo que pensaban, por temor de ser escuchados.
El joven aprovechó esta aprobación indirecta, y un instante después estaba instalado debajo de la cubierta de cristales, al lado de la viuda, que le contaba los chismes de la playa, escuchados por él con resignación ejemplar, mientras Liette, improvisándose cocinera, confeccionaba un plato de dulce para las circunstancias. Fue aquella una velada deliciosa.
Veía la corte de Valencia con sus poéticos jardines de Ruzafa, donde los poetas cantaban versos melancólicos a la decadencia del moro valenciano, escuchados por las hermosas, ocultas tras los altos rosales. Y después sobrevenía la catástrofe.
¿Y quién le ha enseñado esa lección? Excelentísimo señor, yo. ¡Vos! ¿Pero á quién servís? Me sirvo á mí mismo. Pero si el rey dice que ha hablado con el duque de Uceda... Y tiene razón; como que yo le he metido al duque de Uceda en su recámara. Venid, venid conmigo, bufón, y hablemos donde de nadie podamos ser escuchados. Eso quiero yo. Seguidme. No por cierto.
Palabra del Dia
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