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Actualizado: 29 de octubre de 2025


Otros rodeaban a un compañero que, abriéndose la camisa, mostraba el pecho. Apenas si le quedaba señal de las postas que le habían metido entre las costillas. Después de dos semanas de descanso, volvía aquella noche a la faena. Hablaban de los compañeros que estaban en la cárcel de El Escorial, discutiendo lo que les podría «salir».

Mira estos edificios, San Marcos de Venecia, Santa Sofía, el Escorial... ¡Ay! Isidora, Isidora, yo te amo, yo te idolatro. ¡Qué hermoso es el mundo! ¡Qué bella está la tarde! ¡Cómo alumbra el sol! ¡Qué linda eres y yo qué feliz!».

Pero lo gracioso es que doña Juana de Velasco no sabe quién es el padre de su hijo incógnito; ni el nombre del dueño de la casa en donde tapada y rebujada la metieron en Navalcarnero; que, en una palabra, le parece un sueño su encuentro con un hombre audaz en una galería del palacio del Escorial, á punto que por un celo exagerado iba á avisar á la infanta doña Catalina, de que acababa de llegar un jinete con la nueva de que el mar y los vientos habían vencido á la armada Invencible; un soplo malhadado mató la bujía de que iba armada la duquesa, y el duque de Osuna, que acudía al lado del rey, que estaba en el coro, se dió un tropezón con ella.

No hay un artista eminente de cuantos han brillado en el mundo en los últimos ocho siglos, que no tenga allí su representante. Asi, puede decirse que si el Escorial es admirable, sobre todo por su grandeza, la Casa del Príncipe le sobrepuja en muchos de los mas delicados objetos de arte.

Prueban la afición, con que cultivaron la poesía, los tesoros guardados en la biblioteca del Escorial, aún no conocidos del todo, y los copiosos aunque incompletos catálogos de poetas arábigo-hispanos de D'Herbelot, D. Nicolás Antonio y Casiri.

Entonces comprendió doña Juana la razón de ciertas sonrisas intencionadas que el duque de Osuna se había permitido hablando en la corte con ella, después de la aventura de que había sido oculto testigo en El Escorial el tío Manolillo.

Apénas llamaban la atencion algunas canteras de piedra y los trabajos de nivelacion que se hacian para el ferrocarril del Norte, que debe ligar á Madrid con Bayona, pasando por el Escorial, Valladolid, Búrgos é Irun. Fuera de Madrid no se ve sino el desierto: un mar de rocas, la soledad y el abandono.

Dijimos más atrás que el sueño eterno de Carlos V ha sido turbado también en el Monasterio del Escorial, y que nosotros mismos no hemos sabido librarnos de la tentación de asistir á una de las sacrílegas exhibiciones que se han hecho de su momia en estos últimos años..... Cometimos esta impiedad, ó cuando menos esta irreverencia, en Septiembre de 1872, pocos meses antes de ir á Yuste.

Aquella tabla que lleva parece una plantilla... Toma, como que vendrá del almacén de maderas de la calle de Valencia. Vaya unos trajines... Vea usted una cosa que a me gustaría, edificar un establecimiento, pidiéndole dinero al Verbo... Lo haría yo tan grande como el Escorial...».

Germán seguía sus cursos del bachillerato en el colegio del Monasterio; su padre le destinaba a los negocios, pero el chico no mostraba afición a la carrera de comercio: todo su amor y entusiasmo era por la música. Con las nociones que había adquirido en Escorial tocaba ya medianamente el piano.

Palabra del Dia

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