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Actualizado: 29 de julio de 2025


Además, aún vivía el Greco en Toledo , y en la sacra estupenda mole de El Escorial, según el pomposo lenguaje de la época, había cuadros de Tintoretto y del Ticiano; estímulos sobrados, y superiores al afán de medro, para que el artista quisiera emprender el viaje. «Deseoso, pues, de ver El Escorial declara Pacheco partió de Sevilla a Madrid, por el mes de Abril del año de 1622.

Mi muy querido Mariano: Juntos hemos hecho, no sólo algunos de los viajes que menciono en la presente obra, como el de Madrid á Toledo y el de El Escorial á Ávila, sino también el muy más importante de la adolescencia hasta la vejez, pasando por los desiertos de la ambición..... Luis de León y á Balzac, á Savonarola y á Aben-Humeya.....

Comprendiose que se referían a la reina, hacia quien tendía sus manos escuálidas, entre amenazadoras y suplicantes... ¡Lo mandaban las augustas reliquias del Escorial, para que exorcizara a la princesa que antes fuera hereje!

Ya, antes, al trepar al Guadarrama, tumba de hielo en que Felipe II se escondió en vida, cerrando el libro de la epopeya española, había yo meditado largamente..... El Guadarrama, ó sea el Monasterio de El Escorial, cuya triste mole descubrí á lo lejos, es una losa fúnebre colocada sobre nuestro pasado de gloria.

Por aquel escabroso camino, en que sólo nos restaba que andar algunos pasos, llegó Carlos V á su final retiro el día 3 de Febrero de 1557, y por el propio sendero pasó su cadáver, después de haber yacido allí algunos años, para ir á continuar su sueño eterno en el panteón de El Escorial.

El pacto sangriento de estos dos monstruos terminó en 1823, en que Dios arrancó de la tierra el alma del Rey, y entregó su cuerpo á los sótanos del Escorial, donde aún creemos que no ha acabado de pudrirse. Pero con este fin no acabaron nuestras desdichas. Fernando VII nos dejó una herencia peor que él mismo, si es posible: nos dejó á su hermano y á su hija, que encendieron espantosa guerra.

El criado, cumplidor de la ignominiosa orden, era un segundo mayordomo llamado Román, que desde su niñez servía en la casa. Desde que le conocí en El Escorial, aquel hombre me había inspirado inexplicable antipatía, y digo esto y además le nombro, para que mis lectores le tengan presente, por si figurase después un poco en los peregrinos sucesos de esta historia.

Palabra del Dia

godella

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