Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 13 de junio de 2025


La población cristiana, aparte del elemento oficial, es muy poco numerosa, y ésta de costumbres sumamente relajadas, efecto sin duda de proceder de la deportación, que manda á estos puntos la escoria de la capital y las provincias inmediatas. El total de la población cristiana es de unos 3 á 4.000 habitantes.

Estos grandes centros no son otra cosa que hornos de fundicion social, donde se depuran las creaciones que hacen falta al mundo: no son centros de dicha; son talleres de necesidad. Estas ciudades hacen lo que la mujer cuando nos inspira fuertes pasiones: pasiones que sirven para purgar con fuego la escoria que llevamos en el corazon.

Sentado junto al brasero, con la mirada fija en las vigas de la techumbre, Ramiro soñaba. La puerta que daba a la galería se abrió muy despacio y una figura enlutada entró en la habitación. Era su madre. Las tocas monacales, adheridas con ventosas a la frente, ocultábanla los cabellos; su rostro desprendía luminoso blancor. Era ya el ser sin carnalidad, sin escoria.

El narrador no ha hecho más que limpiar todo lo posible su lenguaje al transcribirlo, barriendo con la pluma tanta grosería y bestialidad, para no dejar sino la escoria absolutamente precisa. Cuando Mariano se retiró aquella noche a su miserable alojamiento, después de vagar toda la tarde y parte de la noche por las calles sin tomar alimento, sufrió un ataque epiléptico.

Dejo al Creador por la criatura, destruyo la obra de mi constante voluntad, rompo la imagen de Cristo que estaba en mi pecho, y el hombre nuevo, que a tanta costa había yo formado en , desaparece para que el hombre antiguo renazca. ¿Por qué, en vez de bajar yo hasta el suelo, hasta el siglo, hasta la impureza del mundo, que antes he menospreciado, no se eleva Vd. hasta por virtud de ese mismo amor que me tiene, limpiándole de toda escoria? ¿Por qué no nos amamos entonces sin vergüenza y sin pecado y sin mancha?

Hoy todos estos motivos se han ido marchando á la tierra, como la escoria, y ha quedado limpio y acendrado el oro puro de mi cariño ó, mejor dicho, de mi adoración. El amor es algo que iguala á los seres que lo sienten, y yo no quiero ser igual á usted, sino infinitamente inferior: quisiera ser el gusano que usted aplasta con el pie al caminar sobre la hierba.

Sólo quedaba como recuerdo la montaña de escoria. El dinero estaba en la villa, y en las entrañas de la tierra los siervos anónimos que habían dejado parte de su existencia en el arranque del mineral. Aresti vió un grupo de gente á un lado del camino. Pasaban corriendo junto á él chiquillos y mujeres. A veces se detenían para llamar á los que estaban en los desmontes inmediatos.

Todas le dieron sobras de amor, escoria de los sentidos; pocas recordaba que no le hiciesen reír o avergonzarse.

El paisaje aparecía trastornado por la mano del hombre. El minero violaba á la Naturaleza, volcándola, desordenando sus ropajes. Todo había cambiado de lugar. Las cumbres habían sido echadas abajo por la piqueta y el barreno: las hondonadas, rellenas de escoria roja, estaban convertidas en mesetas.

Pero siguiendo adelante los demas, declararon unánimes, que despues de reconocido el pedregal y riachuelo, no habiendo ya montaña que romper, subieron al volcan de Purarauque, que se forma de pampa de piedra menuda, quemada como escória, y subiendo hasta la mitad de su altura, ya tocando la nieve, hicieron alto para pasar la noche.

Palabra del Dia

rigoleto

Otros Mirando