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Actualizado: 21 de junio de 2025
Al sonido de aquella voz poderosa, á la vista del hábito de Santiago, del que la pronunciaba, los tudescos dominados dejaron pasar al bufón. Quevedo, á pesar de la deformidad de sus pies, que le impedía andar de prisa, corrió. En la puerta de la cámara de la reina, se entabló otra lucha con los ujieres. La autoridad de Quevedo fué allí inútil. El bufón apeló á la fuerza.
Dirigió a Josefina en voz baja dos o tres palabras que, según el movimiento con que las acompañó, debían ser: «¿Qué tal esto?». Y la de García alzó los hombros de un modo imperceptible, que claramente significaba: «Psh.... Un dramón muy cursi y muy populachero». Definida así la situación, Baltasar tomó familiarmente el abanico de la joven, y mientras lo cerraba y abría y le daba vueltas como para informarse bien del paisaje, se entabló una de esas conversaciones íntimas, salpicadas de coqueterías, de reticencias, de miradas intensas y cortas, de ahogadas risas, diálogos en que reina dulce abandono, que no serían posibles mano a mano y en la soledad, y nunca se producen mejor que entre el tumulto de un sitio público, ante miles de testigos, en el desierto de las multitudes.
Los dos amigos subieron sobre cubierta, donde no tardaron en encontrar al hombre que buscaban. El comisionista, que hablaba algo de español, entabló conversación con él, y después de algunas frases triviales, le dijo: ¿Se ha ido a la cama su amo de usted? Sí, señor respondió el criado, echando a su interlocutor una mirada llena de penetración y malicia. ¿Es muy rico?
El catavientos y las velas altas dieron señales de haber percibido las primeras caricias del viento que tanto deseábamos, despertando la María Rosario del letargo en que há tiempo estaba sumida. El viento se entabló por completo, reinando con bastante fuerza el marcado en las monzones de Julio y Agosto.
Apenas apareció Góngora con sus innovaciones, se declararon en contra los más distinguidos poetas españoles, capitaneados por Lope de Vega. La lucha, como después veremos, se entabló también en la escena, y cuanto más degeneraba el culteranismo, tanto mejor triunfaban sus adversarios.
Al instante salté yo henchido de erudición, relleno hasta la boca de datos concluyentes: se entabló una discusión animada.
Y reinó un silencio embarazoso por algunos segundos, hasta que uno de los bañistas, volviéndose para que no se le viera reír, entabló otra conversación. Allá va el padre Talavera con unas monjas. Me apresuré a mirar por entre las hojas de la enredadera, y en efecto vi el grupo a lo lejos.
Pero, en cambio, y echando de ver que de su parte no había motivos racionales para otra cosa, entabló gustosísimo una frecuente correspondencia con su hermana, que a ello le tentaba desde la ciudad de Méjico, a la cual había trasladado su marido el campo de sus operaciones mercantiles, que, por lo vastas y lucrativas, no cabían ya en el tenducho de Mechoacán.
Duró esta faena preparatoria más de una semana, sudando y jadeando la familia desde el alba á la noche. La mitad de las tierras estaban removidas. Batiste las entabló y labró con ayuda del viejo y animoso rocín, que parecía de la familia. Había que proceder á su cultivo; estaban en San Martín, la época de la siembra, y el labrador dividió la tierra roturada en tres partes.
Núñez no quiso conceder la exactitud del símil y se desbordó inmediatamente en un torrente de paradojas e ingeniosidades, todas bien amargas y resquemantes. Don Germán le respondió con su habitual sencillez y se entabló una discusión prolongada. Tristán se puso en seguida de la parte del pintor y le superó si no en gracia en amargura y exaltación.
Palabra del Dia
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