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Pues una de dos: o estás equivocado, y no hay nada de lo que sospechas, o Tirso tiene la culpa; y en este caso, no cabe duda, en mi casa va a haber más guerra civil que en el Norte. Mucho lo temo; y respecto a lo que veníamos hablando, creo que Leo no está ya por . Vamos con tiento. ¿Tienes algún lío, algún trapicheo que sabido por ella la haya enojado? No: palabra de honor.

Para la calefacción, y además como objeto de adorno. Todos comprendieron ya la burla menos la linfática señora, que siguió preguntando con interés los pormenores del negocio. Los tertulios reían, hasta que Calderón, entre risueño y enojado, exclamó: ¡Pero mujer, no seas tan cándida! ¿No ves que es una guasa que se traen Pepa y Pinedo?

Conozco su nombre y no me disgustaría romper una lanza con tan principal y temido caballero, dijo el barón. Pero mirad, muy enojado está el príncipe.

-Maldiga Dios -dijo él- tan mala gente como hay en ese pueblo, pues falta entre todos un hombre de discurso. Preguntéle que cómo o por qué se podía decir tal de lugar donde asistían tantos doctos varones. Y él, muy enojado dijo: ¿Doctos?

Uno llegó a decirle: Acaso tenga usted razón, don Mateo; pero, ¿qué quiere usted? La lucha es lucha. Está interesado nuestro amor propio, y hay que aplastar a esos canallas, o que ellos nos aplasten. El anciano salió de las consistoriales más triste que enojado. En los tres años últimos eran incalculables los desaires y desabrimientos de este género que había padecido.

"Maldiga Dios dijo él tan mala gente, pues faltaba entre tantos un hombre de discurso." Pregúntele que cómo o por qué se podía decir tal del lugar donde asistían tantos doctos varones, y él, muy enojado, dijo: "¿Doctos?

Para el mismo fin los buscamos nosotros, respondió el capitán Mamaluco; y añadió en ademán de enojado: ¿Y por qué venís aquí si nosotros hemos llevado ya todos los infieles? Preguntóle después qué Padre le instruía y enseñaba la fe y quién venía con ellos. Dijo que el P. Felipe Suárez, era cura de su pueblo, mas que ellos iban solos.

En fin, tanto hizo, que por el más extraordinario camino del mundo supo la verdad; porque yo apretaba en lo del casamiento, por papeles, bravamente, y él, acosado de ellas, que tenían deseo de acabarlo, andando en mi busca, topó con el licenciado Flechilla, que fue el que me convidó a comer cuando yo estaba con los caballeros, y este, enojado de cómo yo no le había vuelto a ver, hablando con don Diego, y sabiendo cómo yo había sido su criado, le dijo de la suerte que me encontró cuando me llevó a comer y que no había dos días que me había topado a caballo muy bien puesto, y le había contado cómo me casaba riquísimamente.

El Capitán Juan de Funes estaba de guardia en él; fué á Don Alvaro y díjoselo: respondióle que tenía miedo de los enemigos y por eso venía con ese mensaje. El Juan de Funes le dijo que ya él sabía cómo él peleaba, y salióse enojado diciendo que no entraría más en su casa ni le daría aviso de nada.

3 Quitaste toda tu saña; te volviste de la ira de tu furor. 5 ¿Estarás enojado contra nosotros para siempre? ¿Extenderás tu ira de generación en generación? 6 ¿No volverás a darnos vida, y tu pueblo se alegrará en ti? 7 Muéstranos, oh SE