Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 6 de junio de 2025


Vivo mejor que en la mísera pensión de Londres, donde pasé mi juventud de empleado; eso es todo. ¿Y tu mujer? ¿Y Cristina? ¡Mi mujer! dijo el millonario con amargura: yo no tengo mujer: sólo tengo una patrona, muy santa, muy virtuosa, que cuida de mi vida material, y hasta se inquieta algo cuando me ve enfermo.

Ella era la única que poseía el secreto de mis tristezas; sólo ella sabía darme aliento y ánimo. Frecuentemente me encerraba yo en mi recámara para dar rienda suelta a mis cavilaciones y melancolías. Allí pasaba yo horas y horas. ¿Estás enfermo? me preguntaban las tías. Di que tienes.... «¡Vaya si soy desgraciado! pensaba yo, tendido en el lecho.

Habíanla escrito de allá, que su hijo estaba enfermo de una afección al pecho; púsose en camino la noche del 12 de febrero en compañía de su hija Susana, joven de dieciséis años, más parecida por su belleza a un ángel que a una criatura humana.

Por cierto que esto me ha permitido adquirir noticias sobre el Padre de los Maestros, que está enfermo de gravedad, lo que originó ayer muchos comentarios.

Una tarde, Julia se hallaba, como de costumbre, cosiendo al lado de la cama del enfermo; el cual dormía. Oyes, Julia dijo de pronto despertándose. ¿Quieres hacerme un favor? ¿Cuál? Léeme otra vez la carta de Maximina..... El día aquel no estaba yo para enterarme de nada..... Julia sonrió con semblante triunfal.

Carraspique, a quien en otro tiempo había pedido dinero prestado don Santos, tenía alguna autoridad sobre el enfermo; no se hablaban muchos años hacía, pero se estimaban a pesar de las ideas y de la frialdad que el tiempo había traído.

Pomerantzev se calmó, y hasta hizo rabiar un poco al doctor, que parecía muy asustado con la queja de su enfermo. No hay que apurarse tranquilizaba éste al doctor . Ya está todo arreglado. Los enfermos no eran muy numerosos en la clínica: once hombres y tres mujeres.

Un hombre sentado en el suelo, con la espalda apoyada en la borda, avanzaba su rostro pálido entre los pliegues de una manta. ¿Eres , enfermo? dijo Maltrana . ¿Cómo va ese ánimo?

«Para curar la hidropesía se debe cojer planta de Tanglad en regular cantidad y con las raíces se cuece en una olla, echandola agua suficiente; se cubre bien con hojas de plátano, cosa que no respire de vapor y cuando ya está hirviendo, se hace sentar al enfermo en una silla, se le cubre bien con sabanas hasta la cabeza, y después se pone la olla debajo del asiento y en la cubierta se forma un ahujero para salir el vapor que el enfermo lo irá recibiendo, para que sude mucho, pues con este sudorífico se curará.

Pero hay ciertas sustancias que participan de lo uno y de lo otro, es decir, de medicamento y alimento, y entre varias, podemos citar el aceite de hígado de bacalao, algunos frutos, y ciertas raíces. El medicamento puede ejercer su accion sobre el hombre sano ó enfermo, y de aquí resultan los dos órdenes de efectos, fisiológicos y terapéuticos.

Palabra del Dia

aconséjele

Otros Mirando