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Actualizado: 3 de mayo de 2025
Tomás, del profundo S. Alberto, del seráfico S. Buenaventura, y en pós de ellos los pueblos, los reyes, los magnates y los siervos caen prosternados tendiendo los brazos hácia la hermosa Reina del cielo, clara y pura estrella de la mañana, consuelo de los afligidos! ¡El siglo en que viven es pobre é ignorante en las cosas materiales, sin recuerdo de las reglas y teorías de la antigüedad, y el mismo esfuerzo que hace por emanciparse completamente de la tradicion pagana le conduce á un arte nuevo, imponente y gigantesco, en que bajo la direccion de genios tan privilegiados como humildes, tan amantes de la gloria del catolicismo como de su propia oscuridad, la escultura se convierte toda en espíritu, sentimiento, espresion, plegaria y dolor, y la arquitectura se eleva como un himno incesante, como una oracion perpetua, desapareciendo la piedra bajo la idea, la forma bajo el concepto, la materia ante el espíritu!
Casos hay en los que se debe recurrir á la tercera y sesta atenuacion, á la dósis de algunos glóbulos ó gotas en agua. § I. Historia. La estrella de mar es un zoófito del género de los equinodermos pedunculados. Este medicamento se ha administrado en otro tiempo como aperitivo y antiepiléptico. Para usarle en este último concepto, se le quemaba y se hacia respirar el humo á los enfermos.
¡Cuán ajeno estaba el poeta de que la estrella de sus sueños le hacía descender de un modo tan odioso en la escala zoológica!
Para tomar la altura de la estrella polar preferían los pilotos, y llevaba Colón, la ballestilla, báculo ó radio astronómico de muy antiguo usado. Era una vara cuadrangular de madera dura, de seis ó más palmos de longitud, «porque cuanto más larga era más precisa», y otra más pequeña que á través de una escopladura corría por la primera en sentido perpendicular ó en cruz.
Héla aquí: colocándose en el centro, que mira al arco de la Estrella, se destacan á la derecha los opulentos palacios del Ministerio de la marina y del Guarda-Muebles: en medio de ellos, la calle Real, cerrada por la iglesia de la Magdalena: á la izquierda el palacio de los Diputados.
El coche siguió adelante al trote lento de los caballos. Lloviznaba, la noche estaba negra, no brillaba ni una estrella en el cielo. Se pasó una aldea, luego otra. ¡Qué lentitud! exclamó la monja. Es que los caballos son muy malos contestó Martín. Pasaron deprisa otra aldea, y cuando no tenían delante ni atrás pueblos ni casas próximos, Bautista aminoró la marcha. Comenzaba a anochecer.
Muy señor mío: A usted, señor Fígaro, observador de costumbres, me dirijo con dos objetos. Primero, quejarme de mi mala estrella.
Lope de Vega os espera; esta tarde á las dos debéis aparecer estrella; procurad que no os nublen los del patio... debéis, pues, agradecerme que no os distraiga. Paréceme que estaréis aquí mejor que en palacio, tío Manolillo. Buenas noches, don Francisco, buenas noches y hasta que despertéis.
Pero en todas las posiciones que la Cruz ocupa en esa revolución, su brazo mayor, ab, se encuentra dirigido siempre hacia el polo celeste austral, y se encontrará el punto de éste, prolongando ab cuatro veces su longitud. Desgraciadamente, en ese sitio y en sus alrededores, no existe estrella ninguna algo brillante, como la Polar en el hemisferio norte.
Disecamos moscas, respondió el filósofo, medimos líneas, combinamos números, estamos conformes acerca de dos ó tres puntos que entendemos, y divididos sobre dos ó tres mil que no entendemos. Ocurrióles al Sirio y al Saturnino hacer preguntas á los átomos pensadores, para saber sobre qué estaban acordes. ¿Qué distancia hay, dixo este, desde la estrella de la Canícula hasta la grande de Géminis?
Palabra del Dia
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