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Actualizado: 5 de junio de 2025
En el carácter de los pueblos, los dones derivados de un gusto fino, el dominio de las formas graciosas, la delicada aptitud de interesar, la virtud de hacer amables las ideas, se identifican, además, con el «genio de la propaganda» es decir, con el don poderoso de la universalidad.
Y le dio el capitán de la guardia presentes y dones, y le envió. 6 Y vino entonces Jeremías a Gedalías hijo de Ahicam, a Mizpa, y moró con él en medio del pueblo que había quedado en la tierra.
Y bueno será advertir en este lugar, porque yo soy muy escrupuloso y no quiero apartarme un ápice de la verdad, que pongo el Don antes del Joaquín por acomodarme al uso y lenguaje de España, porque en Portugal, y más aún en el Brasil, son rarísimos los Dones y sólo le llevan los hombres de pocas familias.
En efecto: había existido años atrás una señora muy linajuda, llamada Doña Guillermina Pacheco, corazón hermoso, espíritu grande, la cual andaba por el mundo repartiendo los dones de la caridad, y vestía humilde traje, sin faltar a la decencia, revelando en su modestia soberana la clase a que pertenecía. Aquella dignísima señora ya no vivía.
Dirigían la conciencia de los padres, presidían la educación de los niños, protegían, como las hadas, los primeros días de los recién nacidos sobre los que atraían los dones del Cielo y las luces de la fe.
Dios concede y da por una parta lo que por otra quita; démosle gracias por sus dones y sometámonos a sus negativas; acaba de nacerme un nietezuelo; la esposa de Alfonso ha dado a luz en Roma, con toda felicidad, un niño, hermoso como un ángel, lo cual acaba de escribirme su padre, añadiendo que se llama como él, Alfonso, que ha sido bautizado en San Pedro de Roma, que fueron sus padrinos un caballero napolitano, llamado el marqués de Gagliati, y la princesa Oginska, polonesa, y que nació el día 8.
El Cojuelo le dijo: Algo tiene de eso este fantástico aparato; pero ésta es, don Cleofás, en efeto, la pila de los dones, y aquí se bautizan los que vienen a la Corte sin él.
No en distinto sentido pudo afirmar Tocqueville que la poesía, la elocuencia, las gracias del espíritu, los fulgores de la imaginación, la profundidad del pensamiento, «todos esos dones del alma, repartidos por el cielo al acaso», fueron colaboradores en la obra de la democracia, y la sirvieron, aun cuando se encontraron de parte de sus adversarios, porque convergieron todos a poner de relieve la natural, la no heredada grandeza, de que nuestro espíritu es capaz.
Esos dones divinos debemos guardarlos cuidadosamente en las razas más humildes, pero buenas, en que los dos elementos mancomunan su espíritu. Ya presentimos las bendiciones de la tierra: al abandonar la vida del pez, varias cosas de absoluta imposibilidad para él fácilmente se armonizarán. De suerte que se nos presenta como una sombra de la mujer, forma y actitud graciosa que, de lejos, ilusiona.
7 Y todas sus esculturas serán despedazadas, y todos sus dones serán quemados en fuego, y asolaré todos sus ídolos; porque de dones de rameras se juntó, y a dones de rameras volverán. 8 Por tanto lamentaré y aullaré, y andaré despojado y desnudo; haré gemido como de dragones, y lamento como de los hijos del avestruz.
Palabra del Dia
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