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Actualizado: 26 de mayo de 2025
De la otra parte de tan sublime conjunto se divisaba el cuadro severo, que forma la inmensa cortina de los Andes, entrecortados en picos agudos, representando la figura exacta de una sierra.
Más tarde, ya hombre, no fué menor mi sorpresa al ver en una playa cierto animal luminoso. A través de su cuerpo transparente, divisaba los morrillos y la arena. Incoloro como el cristal, un poco consistente, temblando al tocarlo, aparecióseme como á los antiguos y como al célebre Reaumur, que llamaba sencillamente á esos seres agua gelatinificada.
Allen se hizo amigo de los pastores. Con ellos llegamos a una venta del camino que se llamaba la Campana Azul. Desde su portalada se divisaba el mar y los cantiles y rocas de la costa. Los días siguientes, la compañía de Allen, que tanto exasperaba a Ugarte, siguió librándonos de una porción de conflictos.
Mucho antes de llegar á lo que fué Carrera Larga ya se divisaba un vivo resplandor que á medida que el convoy se iba aproximando, se convertía en enorme llamarada. Se detuvo el tren y desde el vagón en que viajaba se percibía fuerte calor producido por el incendio de la estación que aun se encontraba ardiendo.
Apenas divisaba Juan a lo lejos al cura, galopaba y venía a charlar un momento con su padrino. El caballo volvía la cabeza hacia el abate, pues sabía que siempre había un terrón de azúcar para él en el bolsillo de aquella vieja sotana negra, gastada, remendada, la sotana de por la mañana. El abate poseía otra muy linda y muy nueva, que se guardaba para las grandes ocasiones.
Su casamiento postergado, su porvenir obscurecido, decaído el ánimo... Y volvió al trabajo, con rabioso tesón, dispuesto a llegar o a perecer. Divisaba ya la tierra prometida, cuando nuevo golpe le sume otra vez en la desgracia, y otra vez encuentra fuerzas para rehacerse, y llega y realiza todo su programa de felicidad.
¡Dios sobre todo! murmuró, suspirando al pensar que tendría que habitar un pueblo de calles angostas y encontrarse con gente a cada paso. Siguió andando, guiado por el ladrido lejano de los perros. Ya divisaba próxima la vasta mole de los Pazos. El postigo debía estar abierto.
Desde su torre se divisaba el castillo de Fuenteovejuna por una parte, por otra el de Névalo en término de Villaviciosa, el cual le ponia en comunicacion con el de Almodovar del Rio: por otra finalmente el castillo de Espiel, desde el cual se verian tambien torres de otra línea.
Al volver la esquina, miráronse ambos en silencio, cual si el exceso de su espanto les paralizara las lenguas... El coche había desaparecido, y ni por una ni por otra parte del paseo se divisaba a lo lejos. ¿Le habías ya pagado? preguntó Jacobo estupefacto. Y ella, pegándose a él con el temblor de un calenturiento, contestóle muy bajo: No..., no le había pagado.
Por fin, uno de los yates, cuando su rival estaba sólo a veinte brazas, logró coger una amarra que se le echó por babor; el otro viró de bordo en el acto, sin hacer la menor observación y puso la proa a un punto negro que se divisaba en el horizonte, algún buque sin duda que seguía nuestra ruta.
Palabra del Dia
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