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Actualizado: 22 de mayo de 2025


Las estrofas conocidas con el nombre de Mingo Revulgo, en las cuales Rodrigo de Cota el Viejo, poeta de Toledo, trazó una descripción de la corte de Enrique IV, casi no tienen de dramático más que el diálogo . Más importante, sin duda, que esta mezcla extraña de sátira é idilio es para nosotros una delicada conversación en verso, que se halla en el Cancionero general, y se atribuye á este mismo autor, pues, según indica su título, se había destinado á la representación hasta con cierto aparato escénico . Toda la acción de esta piececilla consiste en una disputa entre el Amor y un Viejo, en la cual sucumbe éste.

En primer lugar, está en posesion de un libro, que es sin disputa el mas antiguo que se conoce, y que ademas encierra la moral mas pura, un sistema de legislacion admirable, y contiene una narracion de prodigios.

Esa, don Joaquinito, esa; y de no se burla nadie. La disputa se acaloró; tuvieron que intervenir los señores venerables del rincón obscuro; tan grave fue el incidente. Se pusieron por unanimidad de parte del señor Ronzal, si bien reconocían que se enfadaba demasiado. Le explicaron el caso, pues aún no había dejado que le enterasen. No se trataba de Ronzal.

Dorrego se apresura a satisfacer tan justa demanda. Esta suma se la reparten entre él y Moral, gobernador de La Rioja, que le sugerió la idea; seis años después daba en San Juan 700 azotes al mismo Moral, en castigo de su ingratitud. Durante el gobierno de Blanco, se traba una disputa en una partida de juego. Facundo toma de los cabellos a su contendor, lo sacude y quiebra el pescuezo.

Tomó cierta gravedad, después de la lectura del anterior período, el semblante del cocinero del rey; que el hombre, aun estando solo, toma el color que le dan los sucesos y las circunstancias. «Hace diez años, me dijo Jerónimo arrodillado delante de , por una disputa impertinente maté al capitán de la compañía de que era alférez.

Empezar por sostener que la extension infinita es imposible porque toda propiedad de la substancia finita es finita; equivale á suponer lo mismo que se disputa; pues precisamente la cuestion está en si una de estas propiedades, la extension, puede ser infinita.

Por su accion sobre los capilares de las estremidades, el carbon disputa al centeno cornezuelo su indicacion, por la hinchazon lívida de los dedos de los piés, y por los éstasis asténicos de la sangre; tambien se la disputa al causticum, porque las estancaciones de este tienen un carácter seroso, mientras que las del carbon son venosas.

Enfrente de la puerta está el convento de los Capuchinos, en el mismo sitio que ocupó, según dicen, la primera iglesia que hubo en España, fundada por el apóstol Santiago, aunque Zaragoza disputa esta gloria a Sevilla.

La estrechez de recursos impuso economías, y entonces se resistió a sufrir ciertas privaciones y molestias. La cosa más insignificante era allí ocasión de disputa, y el último altercado era el de palabras más ágrias. Una tarde, al querer Pepe acostar a don José antes de lo acostumbrado, vio que no le habían hecho la cama, y como increpase a su hermana, repuso ella: ¿Soy yo criada?

Marta estaba de pie y toda trémula en la escalera; con la mirada fija en la puerta, escuchando aquella disputa, de la que podía depender su felicidad y la de su hija. Por mucha atención que pusiera no podía entender una palabra; el ruido de las voces amortiguado por la pesada puerta, sólo le llegaba de un modo indistinto y confuso.

Palabra del Dia

bagani

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