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Actualizado: 5 de noviembre de 2025
Fue en 1848, a favor de la revolución de febrero y por los esfuerzos de M. Schelder, director de colonias entonces y actual senador inamovible, cuando los negros de la Martinica y de la Guadalupe se emanciparon.
Yo no soy un potentado, pero tengo fortuna regular, que es mía ya, sin esperar a que se muera nadie.... Puedo proporcionarla las mismas comodidades que tiene en su casa y el mismo lujo ... mayor lujo añadió sacudiendo la cabeza con plausible resolución .Luego, tengo por delante una carrera política. ¿Sabe ella si el día menos pensado no seré subsecretario o director?
¡Oh, no! decía el director sonriendo . Los hundimientos son de las minas particulares. Esta perteneció al Estado, y todo se hace con lujo de seguridad. En ciertas minas donde yo he estado apuntó un ingeniero tenía que ir una cuadrilla detrás de los mineros para desenterrarlos. ¡Qué horror! exclamaron a una voz todas las damas. Acomodáronse al fin de nuevo en la jaula, y subieron al noveno piso.
Pero Desnoyers no estaba para recordar las ingenuas opiniones de su madre. Apenas se hubo instalado en su hotel, junto al río, corrió á la gran hospedería convertida en hospital. Los guardianes le dijeron que hasta la tarde no podría hablar con el director.
El conocimiento quedaba incompleto si los curiosos prescindían de visitar el Museo-Biblioteca, y en él á su famoso director, que unos llamaban simplemente «el señor Simoulin», como si no fuese necesario añadir nada para que el mundo entero se inclinase respetuosamente, y otros designaban con mayor simplicidad aún, diciendo «nuestro poeta».
Este guadañazo pasó cerca de las piernas del director del combate; pero don Marcos no estaba para reparar en ello. Un regocijo infantil le hizo correr sin objeto. Su levita parecía reir con el aleteo de sus faldones. Tan alegre estaba, que casi abrazó á Martínez. Debía darse la mano con el príncipe; era necesaria una reconciliación. El oficial se resistió al consejo.
Para ser un político gallego, lo primero que se necesita es ser pariente de otro político gallego. El hijo de un gran político gallego tiene, desde su nacimiento, categoría de ministro; el sobrino tiene categoría de subsecretario o de director general, y así sucesivamente.
Además, escribía artículos para un semanario social, a razón de diez céntimos la cuartilla, que luego firmaba el director, dando así práctico ejemplo de que la propiedad no es sagrada, ni mucho menos.
El primer deleite, el de considerarse escritor público, que lleva envuelta la idea de maestro y director de la opinión, y por consecuencia el respeto de la gente.
Pero la espera no debilita las energías del joven autor; al contrario, seguro de vencer, busca recomendaciones, insiste, suplica, porfía, amenaza, y luego, diplomáticamente, se amansa y vuelve á rogar. ¡Cuánta paciencia, cuántos paseos inútiles, cuántas antesalas humillantes le cuesta el pequeñísimo honor de ser leído! ¿El señor director? Acaba de marcharse. ¡Demonio! ¿A qué hora podré verle?
Palabra del Dia
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