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Actualizado: 8 de julio de 2025


6 Este Esdras subió de Babilonia, el cual era escriba diligente en la ley de Moisés, que dio el SE

»Con motivo tan poderoso y la promesa formal de ser más diligente para escribirte en lo sucesivo, termino aquí esta carta ofreciéndote su extensión y las franquezas de que va henchida, como ejemplos que estás obligada a imitar cuando me contestes; sobre todo el de la franqueza. Con ella y el acopio que habrá en casa, ¿qué mejor novela para que la carta que me escribas?

Durante tres días el héroe no se ocupaba más que de reunir datos para escribir una memoria sobre el sangriento acontecimiento del día 16, y buscaba referencias, interrogaba a los testigos oculares, bebía en las mismas fuentes de la verdad histórica, perseguía detalles, frases, accidentes mil, y esas pequeñeces de que tanto jugo suele sacar la diligente Clio.

Busca amo y vete con Dios, que yo no quiero en mi compañía tan diligente servidor. No es posible sino que hayas sido mozo de ciego." Y santiguándose de , como si yo estuviera endemoniado, se torna a meter en casa y cierra su puerta. DE CÓMO LÁZARO SE ASENTÓ CON UN ESCUDERO Y DE LO QUE LE ACAESCIÓ CON

Su amigo íntimo y compañero de colegio, Perico Mendoza, también comenzó cuando él la carrera de derecho, pero con muy diversos auspicios. Desde la apertura del curso no hubo estudiante más puntual ni más diligente; cargado siempre de cuadernos camino de la Universidad, o metido en su cuarto poniendo los apuntes en limpio; esta era su vida.

Las minas de hierro y de carbón que empezaban a explotarse en aquella provincia por entonces, daban mil chascos a cada momento, y no pocos de ellos redundaron en perjuicio de las acciones de Emma que Nepomuceno había comprado, siempre diligente en el cuidado de la hacienda de su antigua pupila.

Un momento después, entraba la diligente anciana en la fementida tabernuca que da la cara al público en el establecimiento citado, y lo primero que allí vio fue la abominable estampa de Luquitas, el esposo de Obdulia, que con otros perdidos y dos o tres mujeres zarrapastrosas, jugaba a las cartas en una sucia mesilla circular, entre copas de Cariñena y Pardillo.

Cuando una vela se acaba, debe encenderse otra... Conque tengamos valor, y aprendamos a despreciar... Quien no sabe despreciar, no es digno de los goces del amor... Y por último, simpática amiga mía, ya sabe que estoy a sus órdenes, que tiene en el más rendido de los servidores para cuanto se le ocurra, amigo diligente, reservadísimo, buena persona... Abur. Subió la joven a su casa.

Era sana como un coral, muy ingenua, sobre todo, y diligente y animosa. Pintaba un poco, tocaba regularmente el piano y leía con gusto los buenos libros de imaginación. No era una artista; pero sentía y saboreaba el arte a su manera. ¡Y el bendito de su padre, sin acertar a leer lo que estaba tan a la vista en aquel libro tan abierto!

Delante de nosotros diligente, Pescaba cada cual muchos pescados: Ninguno en los vender era inocente, Que son en el vender muy porfiados. Despues mucho maiz en abundancia Trajeron por gozar de la ganancia.

Palabra del Dia

malignas

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