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Actualizado: 14 de junio de 2025
Pero, señora, respondió; pero, Carmen; ¿quién ha dicho a Vds. que yo tenía rencor? ¿Y por qué había de tenerlo? Era yo vicioso, señor alcalde, y por eso me entregó Vd. a la tropa. Bien hecho: de esa manera me corregí y volví a ser hombre de bien. Era yo un ocioso y un perdido, Carmen: tu eres una niña virtuosa y buena, y por eso cuando te hablé de amor me dijiste que no me querías.
¿Y tú qué le dijiste? Que procurase hacer que mis ojos le pareciesen feos. Es decir... Que no quiero galanteos con el duque de Uceda. Has hecho mal, muy mal. Tus amores con el duque valen más que tus lecciones al príncipe don Felipe. Nos conviene saber lo que hace, lo que no hace, lo que piense ó deje de pensar esa gente. Has hecho mal, muy mal.
Anticristo o lo que seas exclamó Encarnación volviendo a tomarle en sus brazos , me tienes boba. Te voy a comer». Y estallaban los besos como cohetes. En pie ya para marcharse, después de tomar su recibo, la Sanguijuelera, sin soltar a Riquín, dijo a Isidora: «¡Pero qué alma tienes! Dijiste que le ibas a comprar un pandero, y no se lo has comprado... ¡Anda, mala madre!
Como nadie alcanzaba a hacer competencia a la acreditada mazamorrería de mama Salomé, otra del gremio levantó la especie de que la terranova era bruja, y que para hacer apetitoso su manjar meneaba la olla, ¡qué asco!, con una canilla de muerto, canilla de judío, por añadidura. ¿Bruja dijiste? ¡A la Inquisición con ella!
¡Tu familia, tu familia! ¿Pues no dijiste que ella era una cosa y tú otra? ¿Le echo yo alguna mancha a tu familia, por si acaso? ¿Soy hija de algún ajusticiado, o de algún capitán de gavilla? ¿No estamos en tiempos de igualdá? ¿No es mi madre tan honrada como la tuya, repelo? No es eso... yo no te digo que....
19 Y Jacob dijo a su padre: Yo soy Esaú tu primogénito; he hecho como me dijiste; levántate ahora, y come de mi caza, para que me bendiga tu alma. 20 Entonces Isaac dijo a su hijo: ¿Qué [es] esto, que tan presto hallaste hijo mío? Y él respondió: Porque el SE
Yo estaba afligida al ver el ancho abismo que separa a nuestras almas, pero me esforcé para no dejarlo ver. Realmente, papá, no es culpa tuya... pero... ¿Qué, hija mía? Un día dijiste que si la existencia de Dios no puede ser demostrada, es bueno, sin embargo, obrar como si lo fuese. Mi padre se volvió hacia Máximo.
Si me encierras en la cárcel dijo Melisa fieramente, para separarme de los actores, me envenenaré. Si mi padre se mató, ¿por qué no puedo hacerlo yo también? Dijiste que un bocado de aquella raíz me mataría y siempre la llevo aquí. Y golpeó su pecho con fiereza.
Pero aquí está la misiva que debo llevar al barón de Morel, limpios quedan los platos y seco el jarro; hora es ya de ponernos en camino. Tú te vienes conmigo, Tristán, y cuanto al barbilindo ¿á dónde dijiste que ibas? Á Munster. ¡Ah, sí!
10 Por cuanto dijiste: Las dos naciones y las dos tierras serán mías, y las poseeremos, estando allí el SE
Palabra del Dia
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