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Actualizado: 25 de mayo de 2025
Si doña Lupe se hubiera abalanzado a ella para pegarle, se habría dejado castigar. «Hace usted bien en largarse añadió la otra ya en la puerta . No seré yo quien la detenga... Viento fresco. ¡Qué casa esta y qué matrimonio! Nada me coge de nuevo... porque, lo repito, a todos engañó usted menos a mí».
Señorito D. Diego exclamó con furia semejante a la de esos perrillos que ladran mucho sin que jamás el transeúnte se detenga a mirarlos , la señora mandó que no saliese usted de casa. Se lo diré cuando venga.
Sin duda carece de ese brillo y colorido poético seductor, y de ese estro y frescura juvenil de Las mocedades del Cid; pero en la vitalidad orgánica de toda la composición, en la superior disposición artística de sus materiales, no encontrándose detalle alguno ocioso que detenga en lo más mínimo la rapidez de la acción; en todas estas propiedades, repetimos, quizás aventaje, en nuestro concepto, á la obra de Guillén de Castro, no faltándole tampoco colorido poético brillante y original.
Madrazo mismo, tan superior artista, no hizo mas que vegetar brillantemente en el arte divino de Rafael, de Rubens y Murillo. Perdóneseme, pues, que solo me detenga en lo mas sobresaliente, sin hacer mas que apreciaciones someras. La verdadera maravilla de Madrid es, sin disputa, el Museo de Pintura y Escultura, situado en el paseo del Prado.
Porque en esa clase de desinteligencia, es raro que el desacuerdo se detenga en la indiferencia. Las odiosas y cínicas palabras proferidas públicamente por Diana eran, por otra parte, elegidas expresamente para exasperar al señor de Maurescamp.
Olvidemos las diatribas de San Crisóstomo a nuestro sexo, en gracia a este consejo tan prudente, tan profundo y tan bello, verdadero resumen de la bondad. Anticipémonos siempre a «hacer las paces». No detenga nuestros generosos impulsos un erróneo empeño de amor propio. Quede siempre ahogado el amor propio por el amor conyugal.
La masa fria e inmovil del hielo se va derritiendo todos los dias, pero soy yo quien le dice que precipite su marcha o que detenga sus tempanos. Yo soy el espiritu de estas montanas, podria hacerlas estremecer hasta sus cimientos cavernosos... ?Que es lo que quieres?
No hay nada que me detenga para llegar hasta tí. Buscaré á esos Padres, iré á la Residencia, seré luis: todo lo que tú me digas. ¿Pero y si á pesar de esto tu familia no me admite? ¿Y si tu madre quiere casarte con otro?... Sanabre abordaba por fin la gran cuestión que su inquietud amorosa traía preparada; lo que más le había hecho desear aquella entrevista.
Deseoso de robustecer su nuevo imperio, no solo trató de romper las relaciones civiles y políticas que habian enlazado hasta entonces el oriente con el occidente, sino que hasta se propuso cortar las que los preceptos del Coran hacian hasta cierto punto indispensables. «La peregrinacion al templo de la Meca, dijo, es fácil que recordando constantemente á mis árabes su orígen, les haga suspirar un dia por volver á vivir bajo la sombra de los que se llaman descendientes del Profeta: urge que detenga esta peligrosa emigracion, concentrando sobre otra mezquita el ardor de mis creyentes.
El obispo de Córdoba apuraba en vano sus instancias aun presentándole á cada palabra el nombre de su madre, pero ya cansada de escuchar desobedeció la órden y los ruegos de este, y preparándose á salir: «Dejadme, dijo, es un deber sagrado el que no me detenga á nada en este viage.» Entonces el obispo mandó á cerrar la puerta, dejando de la parte de dentro á la desgraciada Doña Juana.
Palabra del Dia
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