Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 2 de octubre de 2025


Es evidente que el punto de apoyo ha de existir; si se nos pregunta el por qué de un asenso cierto, hemos de llegar al fin á un hecho o á una proposicion de donde no podemos pasar; ya que no es dable admitir el proceso hasta lo infinito. El punto en que nos sea preciso detenernos, es para nosotros el primero, y por consiguiente el de apoyo para la certeza.

Si no me casara con Muñoz, tendría que morir. ¡Y Julio también tendría que morir! ¿Comprendes, Raquel? Porque ya nada podría detenernos, yo sería suya, sería suya sin casarme, esto lo , lo siento, y después los dos moriríamos sin remedio, para purificarnos y para escapar al pensamiento de Laura.

Estamos en la ciudad, en una de sus calles principales y frente a un portal no muy limpio, pero muy espacioso; subimos el primer tramo de la ancha escalera que de él arranca; atravesamos, sin detenernos, la puerta del entresuelo, en la cual se lee, sobre bruñida chapa metálica, el siguiente letrero: SIMÓN C. DE LOS PE

Daban los nueve y la noche estaba profundamente oscura cuando llegábamos á la pequeña villa de Woerth, todavía distante una hora de la hacienda del Sr. B , y nos fué forzoso detenernos. Confieso que no lo sentí mucho, porque tuvimos ocasion de observar algunas escenas curiosas que nos dieron una ligera idea de algunas de las costumbres de las poblaciones semi-judáicas que habitan el canton.

Será instructivo detenernos todavía algún tanto en la comparación de los dos teatros, los únicos originales y populares de la moderna Europa. El estrecho parentesco que los une, mientras permanecen fieles á su principio fundamental, aparece con rasgos clarísimos é ilustra sobremanera nuestro entendimiento.

Al despejarse el tiempo nos encontramos a la vista de una de las islas de Taiti. Nos fuimos acercando, y pasamos por delante de bahías estrechas, de una vegetación lujuriante, hasta detenernos en una de éstas. El capitán bajó a la bodega y habló a los chinos.

Sabía que había un canalizo estrecho, de cuatro o cinco brazas, entre los arrecifes, y quería penetrar por él para acercarse a la goleta. Muchas veces enfilamos la entrada del canal; pero al ir a tomarlo nos desviábamos. Recalde nos mandaba aguantar en sentido contrario para detenernos. ¡Ciad! ¡Ciad! gritaba. Y nosotros metíamos las palas de los remos en el agua, resistiendo todo lo posible.

Encerráronse allá los dos; y mientras andábamos en la salona los de siempre, de aquí para allí y en derredor del brasero, sin saber qué decirnos ni en qué sitio ni para qué detenernos ni sentarnos, oía yo cómo iban pasando desde la escalera gentes y más gentes hacia la cocina, donde continuaba el gigante consternadón y arrimado a la lumbre, pero con muchas ganas de cenar.

Prosiguió el señorito: Primitivo no es un bárbaro.... Pero es un bribón redomado y taimadísimo, que no se para en barras con tal de lograr sus fines.... ¡Demontres! Harto estoy de saberlo.... El día que nos vinimos... si él pudiese detenernos soplándonos un tiro a mansalva... no doy dos cuartos por su pellejo de usted ni por el mío.

Nos convendrá con este objeto detenernos principalmente en Francia é Inglaterra, ya porque en ambos paises se escribieron muchos dramas religiosos muy importantes, que han dado origen á concienzudos trabajos sobre este particular, ya por los innumerables documentos, que, relativos á ellos, se conservan .

Palabra del Dia

aprietes

Otros Mirando