United States or Germany ? Vote for the TOP Country of the Week !


Forma con la tierra firme de Mindanao un canalizo angosto y de bastante fondo, por el que pueden pasar falúas y pequeños cañoneros, y dos pequeños y abrigados fondeaderos; por medio del expresado canalizo puede pasarse del seno de Sibuguey á su inmediato al E. de Dumanquilas. Seno de Dumanquilas.

Hubo un instante en que no pudimos contrarrestar el impulso de una ola, y entramos en el canalizo rasando las rocas, envueltos en nubes de espuma, expuestos a hacernos pedazos. Alrededor, cerca de nosotros, todo el mar estaba blanco; en cambio, por contraste, más lejos parecía completamente negro.

Desde este sitio fuí siguiendo la canal, pero á distancia de media milla dimos sobre bajos, despues de haber varado infinitas veces: arrimamos á la isla para aguardar la bajamar, á ver si en ella descubria algun canalizo por donde seguir; observé la pleamar á la una y un quinto de la tarde, de que se sigue que el dia de la conjuncion ser á las cinco y un quinto.

La isla de los Gelves ó Gerves de nuestras crónicas, designada por los naturales con el nombre de Jerbah y por los italianos con el de Gerbí y Zerví, se halla al SO. de la de Malta, en el golfo de Caps ó Khabes por latitud media de 33° 45' Norte, tan próxima á la costa de Trípoli y boca del río Tritón, antiguo Lotofagite, que se comunicaba con la tierra firme por un puente de madera, y aun á marea baja podía vadearse el canalizo de separación.

El seno de Tumalung es una entrada que profundiza 3 1/2 millas para el S. en la isla Olutanga, de cómodo braceaje y resguardado de todo tiempo, que comunica al N. con el seno de Tantanang y al O. con el seno de Síbuguey, por el sucio canalizo que separa la Olutanga de Mindanao. Seno y puerto de Dumanquilas.

En este caso, como sus cabellos-nadaderas permanecen encima, flotan á la ventura, presa de los peces y con gran contento de las aves marinas que se divierten arrancándolas de su elemento. Durante toda una estación pasada á orillas del Gironde, veíalas, empujadas fatalmente por el canalizo, ser arrojadas á la costa á centenares, y secarse allí míseramente.

Sabía que había un canalizo estrecho, de cuatro o cinco brazas, entre los arrecifes, y quería penetrar por él para acercarse a la goleta. Muchas veces enfilamos la entrada del canal; pero al ir a tomarlo nos desviábamos. Recalde nos mandaba aguantar en sentido contrario para detenernos. ¡Ciad! ¡Ciad! gritaba. Y nosotros metíamos las palas de los remos en el agua, resistiendo todo lo posible.