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Actualizado: 27 de octubre de 2025
La senda se estrecha, las graciosas quintas y casas de campo se multiplican á uno y otro lado, rodeadas de jardines y huertos, de olivos y viñedos, todo de una frescura encantadora; el movimiento comercial se hace sentir; las grandes fábricas é ingenios se destacan lanzando de sus altas chimeneas columnas de humo negro que van á desvanecerse en las rocas de las empinadas montañas, y al fin Marsella, la reina del Mediterráneo, se presenta á los ojos del viajero, irregular, agitada como una inmensa colonia de actividad cosmopolita.
Además, la causa del desvío de Pepita tenía para mi padre un no sé qué de fantástico y de sofístico que al cabo debía desvanecerse. Pepita no quería retirarse a un convento ni se inclinaba a la vida penitente: a pesar de su recogimiento y de su devoción religiosa, harto se dejaba ver que se complacía en agradar. El aseo y el esmero de su persona poco tenían de cenobíticos.
El morir no la asustaba, lo que quería era morir sin desvanecerse en aquellas locuras de la debilidad de su cerebro.... Cuando Benítez la sorprendía en estas horas de calma triste y muda, le preguntaba Ana con una sonrisa de moribunda: ¿Está usted contento? Y con otra sonrisa fría, triste, contestaba el médico: Bien, Ana, bien.... Me agrada que sea usted obediente....
Su cólera, quebrantada al fin por tan horrible tensión, empezó á desvanecerse, y Batiste, repitiendo su rosario de insultos, sintió de pronto que su voz se ahogaba hasta convertirse en un gemido. Al fin rompió á llorar. Ya no injurió más al matón. Fué poco á poco retrocediendo hasta llegar al camino y se sentó en un ribazo con la escopeta á sus pies.
Hubiérase dicho que aquel carcomido aparato no esperaba sino la primera brisa exterior para desvanecerse de súbito. Seis retratos descoloridos habitaban espectralmente la estancia. Ramiro esperaba junto a un brasero, que guardaba aún la ceniza de los últimos saraos.
Pero, á pesar de que el olor no era molesto, el público empezó á marcharse. ¡Ya hay bastante! decían todos. Al desvanecerse su curiosidad, se acordaban de las ocupaciones que habían abandonado, sintiendo por ellas nuevo interés. El presidente del Consejo llamó al lector del inventario para pedirle sus papeles, examinándolos.
Palabra del Dia
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