Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 13 de julio de 2025


Así estuvieron los dos algunos minutos en desesperado silencio. Con voz ahogada, sin levantar la faz de la tierra, prosiguió al cabo Pepita: Vete ya, D. Luis, y no por una piedad afrentosa permanezcas más tiempo al lado de esta mujer miserable. Yo tendré valor para sufrir tu desvío, tu olvido y hasta tu desprecio, que tengo tan merecido.

Bailaron la muchacha y el panadero toda la tarde con gran entusiasmo. Carlos esperó a que la Ignacia se encontrara sola y la insultó y la echó en cara su coquetería y su falsedad. La muchacha, que no tenía gran inclinación por Carlos, al verle tan violento cobró por él desvío y miedo.

Sin tiempo para retroceder, y adivinando que no cabrían los dos en el angosto pasadizo, Gasparón encogiendo el cuerpo se hizo a un lado: llegó el muchacho como un rayo, se desvió mal, sufrió el encontronazo y cayó de bruces, quedando casi fuera del tablón estrecho que formaba el piso suspendido sobre el vacío del patio, y sin lugar a donde asirse.

Al instante que salió de ella, pidiéronle todos perdon, que concedió francamente. Abreu, con los 50 cristianos que le seguian, se desvió 30 leguas de la plaza, donde no podíamos hacerle daño, y él nos lo hacia desde cualquier parte.

El Conde no respondía con desvío. Esto hubiera sino menos cruel. El Conde respondía con gratitud, con cortesanía extremada y con tan glacial acatamiento, que ponía fuera de a la pobre Marquesa.

Isidora, estupefacta, no sabía en qué términos responder. Tenía que contestar negativamente, porque la idea de casarse con aquel bárbaro le causaba horror. Pero Bou era un hombre sincero y honrado, que no debía recibir el desaire con crudeza y desvío.

Persuadido Candido por tan sólidas reflexîones, se desvió de la pradera, y se metió en una selva, donde cenó con Cacambo; y despues que hubiéron ámbos echado sendas maldiciones al inquisidor de Portugal, al gobernador de Buenos-Ayres, y al baron, se quedáron dormidos sobre la yerba.

Quizas no será difícil descubrirlo en la misma apología; quizas no sea difícil notar la vanidad insufrible, el carácter áspero, la petulancia, la maledicencia, que le habrán atraido el odio de los unos, el desvío de los otros, y que habrán acabado por dejarle en el aislamiento de que injustamente se lamenta. El arruinado.

Antes bien, con dulces y piadosas palabras suavizó lo agrio del desvío, y vertió en la herida que acababa de abrir bálsamo celestial de consuelo.

Aquellos chistes de café, aquella maledicencia que se revelaba en ellos no podía producir efecto en una naturaleza sencilla y recta como la suya. Así que cuando Tristán dio tregua a su panegírico desvió la conversación a otro sitio. Le preguntó por las obras del cuarto, por una joya que había encargado a Holanda, por los muebles que les estaban construyendo. La conversación languideció al cabo.

Palabra del Dia

malignas

Otros Mirando