Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 20 de junio de 2025
Al recuerdo de su agravio sintió Maximiliano en su alma una reacción brusca contra aquel misticismo recién aprendido, más hijo de la necesidad que de la convicción. «Esto me parece prematuro» dijo, y salió de la sala. Pronto se le reunió su tía en el despacho, y le dijo: «Me parece bien tu severidad.
Es verdad: fue al corregimiento, y de allí... pasó después a la censura eclesiástica; por más señas que fue a un excelente padre, y en un momento, esto es, en un par de meses, la despachó: volvió al corregimiento y fue de allí a la censura política; en una palabra, ello es que en menos de medio año salió prohibida. ¡Prohibida! Sí, señor, y yo no sé a la verdad... porque mi comedia...
Nada se atrevió a preguntarle; pero al día siguiente, que era domingo, esperó muy de mañana a la criada vieja de doña Carmen, y acercándose a ella cuando salía de la iglesia le rogó que le siguiese hasta su despacho del balneario, donde, primero con astucias y luego con ofertas trató de averiguar lo que tanto deseaba saber.
Transcurrían meses enteros sin que penetrasen en su despacho otras personas que algún corredor de confianza ó los principales empleados del escritorio, que recibían sus órdenes.
Habiendo llegado a un acuerdo tan perfecto, se separaron llenos de alegría, como es natural. Don Rosendo se quedó en el despacho poniendo en limpio su carta. Gonzalo se fué de nuevo a la sala de costura. No obstante, antes que franquease la puerta, llamóle su futuro suegro para decirle: De esto, ni una palabra a nadie, ¿eh?
Miré por él, latiéndome el corazón y temblándome todo el cuerpo; y la vi, allá en el fondo y en el mismo desaliño en que yo la había dejado en mi despacho, recostada en un sillón; el rostro, descolorido; los ojos, enrojecidos y secos; la mirada, perdida en el cúmulo de los pensamientos; la expresión, de honda tristeza, y las manos, abandonadas sobre el regazo. ¡Qué dolor!... ¡y qué corazón había elegido para anidar! ¡Y todo aquel estrago era obra mía; de mis maldades, de mis escándalos!
En último análisis, diré que fomentando esclusivamente en la provincia de Caupolican, por una parte la cultura de la cascarilla en las montañas, por otra la del cacao en los llanos, los dos solos frutos que presentan un interes de utilidad general á la república, por la estension que pueden recibir en su comercio, se tendria en vista el bien y el adelanto de las otras provincias de las altas planicies, dándoles mayor cabida para el despacho de los productos de su industria particular, ya sea fabril ya solamente agrícola.
Una voz lenta, ronca, mate, que no parecía haber sonado en el despacho, voz de ventrílocuo, preguntó: ¿Y tú, qué piensas hacer... ahora? ¿Yo?... dejar aquella casa, señor... «¿No quiere ser franco? pensó Petra pues que padezca; él vendrá a buscarme donde quiero que me busque». Dejar aquella casa repitió ¿qué he de hacer?
Había entrado en aquella casa porque no había podido menos: sabía que necesitaba estar allí, hacer algo, ver, procurar su venganza, pero ignoraba cómo. «Estaba, cerca de las diez de la noche, en el despacho del marido de la mujer que le engañaba a él, a De Pas, y al marido; ¿qué hacía allí?, ¿qué iba a decir?
Las facciones de aquel rostro se acercaban al canon griego y casaba muy bien con ellas la dulce seriedad de la fisonomía. En esta figura larga, pero no sin gracia, espiritual, no flaca, solemne, hierática, todo estaba mudo menos los ojos y la dulzura que era como un perfume elocuente de todo el cuerpo. Era la doncella de doña Paula, Teresina. Dormía cerca del despacho y de la alcoba del señorito.
Palabra del Dia
Otros Mirando