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Actualizado: 10 de julio de 2025


Doña María encerraba su enojo en lo más hondo del pecho, y aunque harto se le conocían la inquietud y la ira en el furtivo centellear de sus negros ojos, nada dijo que comprometiera su dignidad, y deseando que su hijo variase de conversación, le preguntó si había hecho en Córdoba las visitas a la Sra. Marquesa de Leiva y su sobrina. , señora contestó el rapaz . Las vi: la Sra.

El entendimiento conoce la suprema Verdad, el sumo Bien, la soberana Justicia; mas deseando penetrar su sér íntimo, y sintiéndose movido á buscarle, amarle, y adorarle, le faltan para esto luces naturales, y lo suple todo cumplidamente con las reveladas.

Doña Lupe está deseando que vuelvas; pero deseándolo, para que lo sepas. Se lo he conocido en la cara y en el modo de decir que no... Yo no si te he contado que en un tiempo, a poco de enviudar, tuvo sus pretensiones respecto a ... pretensiones honestas... Decía la muy fatua que yo le paseaba la calle. ¿Creerás que se le descompone la cara siempre que me ve?».

Hallábase este en el escritorio; pero cuando les vio entrar subió con ellos, deseando presenciar la escena del reconocimiento, que esperaba fuera patética y teatral. Mucho se pasmaron él y Benigna de que Juan viera al pequeñuelo con sosegada indiferencia, sin hacer ninguna demostración de cariño paternal.

Una homilía de San Fulgencio prueba cuán animado y dramático era el culto antiguo en la representación del acontecimiento, cuyo recuerdo solemnizaba este día. Presentábanse las madres de los niños que habían sido arrebatados, hablando entre , lamentando su pérdida, deseando morir con ellos, maldiciendo al tirano, etc.

Rompió a tocar la música del trasatlántico una marcha de belicosa trompetería. Los pasajeros del castillo central admiraban los esplendores de la bahía. La muchedumbre emigrante, amontonada en la proa y la popa, gritaba sin saber por qué, deseando exteriorizar su alegría, saludando con una explosión de vítores, bramidos y silbidos a los buques inmóviles que quedaban atrás del Goethe.

Yo soy como un ciego que canta á la puerta Deseando al que me oye placeres y amor, Deseando que nunca se mire cubierta La gaza, con perlas que borde el dolor. ¡Mas no soy tan ciego! pues miro en el cielo Brillar las estrellas con tibio fulgor, Y luego eclipsarse si entreabre su velo Mostrando dos ojos que irradian amor. ¡Oh juicio divinal! Cuando mas ardía el fuego Echaste el agua.

23 Mas ahora teniendo más lugar en estas regiones, y deseando ir a vosotros hace muchos años, 24 cuando partiere para España, iré a vosotros; porque espero que pasando os veré, y que seré llevado de vosotros allá, si empero antes hubiere gozado de vosotros. 25 Mas ahora parto para Jerusalén a ministrar a los santos.

No muestra gran inclinación á este enlace, siendo para él indiferentes las riquezas, y deseando sólo que su mujer sea bella y virtuosa. A poco de llegar á Madrid ve una dama, á la salida de la iglesia, cuyo porte y aire le enamoran, á pesar de llevar un velo que oculta completamente su rostro; entra en conversación con ella y se apasiona aún más con este incentivo.

Ulises le habló rehuyendo su mirada, deseando evitar con el laconismo de su lenguaje todo motivo de emoción. Había vendido el buque á los franceses: un negocio rápido y magnífico... ¡Quién le hubiese dicho al comprar Mare nostrum que algún día le darían por él una cantidad tan enorme!... En ningún país se encontraban barcos á la venta.

Palabra del Dia

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