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Actualizado: 2 de julio de 2025
Los maestres de las naos recogían las espadas de los hidalgos, para no devolvérselas hasta el final del viaje. Todo desafío concertado durante la navegación no tenía validez al saltar a tierra.
Se despidió cariñosamente de los dos, e insistió en que no nos afligiéramos más por ella, a pesar de lo cual no pudimos dejar de notar cuán grande era su ansiedad respecto al resultado de mi desafío a su infame marido. Nos deseó buena suerte, rapidez en la peligrosa empresa que íbamos a emprender, éxito completo y pronto y feliz retorno a la patria.
Por lo pronto, en el Camarote comenzó a hacerse chacota de tal desafío. Se ponderaba con intención malévola y exagerándolos, los saltos que el fundador del Faro había dado hacia atrás en el combate. Estas burlas, de las cuales, como puede suponerse, era el iniciador Gabino Maza, no permanecieron mucho tiempo en el recinto de la tertulia.
Por eso te desafío A ti, a tres, a seis, a doce, Y os reto como a villanos, Como a infames y traidores, De que no tenéis palabra Ni miráis obligaciones; Que no hay entre todos uno Que el amigo no deshonre. Dame mi esposa, Rodrigo, Si mis palabras te corren; Que no he de salir del campo Menos que muera o la cobre.
En el acto segundo había un desafío entre el Señor de Oña y Estoiquiz, el tuerto, Señor de Orduña.
Todas estas contestaciones habían sido pronunciadas con una intención maligna; comprendí que existía un misterio terrible entre aquella mujer y la pobre Amparo, y no insistí. La dejé ir. Había concebido el pensamiento de apelar a la ley para poner en claro la procedencia de Amparo. Y como si hubiese comprendido mi pensamiento, aquella mujer me arrojó al salir una insolente mirada de desafío.
Tengo que ir a la fuente por el jarro de agua para la cena. ¿Y ésta que traes? Es del río. Bien; entonces, ¿para qué he de entrar en casa? Te aguardo; ven pronto. Sentose el cortesano sobre una de las paredillas del camino a esperar. No tardó mucho en aparecer de nuevo Rosa con un jarrito de barro negro en la mano. Y, sin acordarse del desafío, se emparejaron, enderezando el paso hacia la fuente.
Pero, señor, si el drama no es más que cuestión de calzado, cuestión de ponerse en dos pies y levantar la cabeza todo lo posible, en son de desafío, hacia el cielo, en donde se oculta el destino de los hombres.... ¿Es verosímil que los hombres inventasen así, a secas, el drama? ¡Qué desatino!
Pero la había traicionado para defenderla contra injustas y crueles imputaciones, para volver la calma a un desdichado en la desesperación, en fin, y, sobre todo, para conjurar el inminente peligro de un deplorable desafío. Beatriz, que la escuchaba con apasionado interés, no respondió sino cubriendo de besos la mano de su amiga.
Yo no entiendo de pintura; pero cuando tenga mi casa, entrarás en ella, y te desafío a que encuentres algo que no sea superior. Me atengo a los grandes maestros, y como he de ser muy rica, me formaré una buena colección. También tendré contemporáneos, siempre que sean muy escogidos. Tres o cuatro veces nada más he estado en el Museo. ¡Qué cosas, hijo! Aquello sí es grande.
Palabra del Dia
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