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Actualizado: 15 de noviembre de 2025
No, no compraré mi dicha, y estoy seguro de que la Eudoxia no me haría dichoso; no compraré con mi tranquilidad, con mi libertad, con la incertidumbre deliciosa de mis esperanzas, el ridículo honor de asociar mi nombre al de una mujer a la que no puedo amar.
El majo lo notaba y hacía un guiño expresivo á sus amigos; pero éstos poco á poco fueron dejando de celebrar sus baladronadas y mirando con mayor respeto al enamorado mancebo. Soledad dormía, sin que la mirada de su adorador, posada sobre ella, inquietase su sueño profundo. Larguísimo rato la estuvo contemplando en suspensión deliciosa. ¡Qué hermosa estaba!
Entonces las dos esclavas vuelven á sus aposentos si él se recoge en su harem, ó permanecen con él si se lo manda, y Zaryab se entrega á la deliciosa vision de las fantásticas imágenes que la poesía, la música, el amor y las libaciones de vino de palma y aromático Sahbá van produciendo en su exaltado cerebro hasta hundirse completamente en la nada del sueño.
¡Adios!... mas no es posible dar un adios eterno A tu divina imágen y á tu recuerdo tierno, Que mi inmortal memoria no olvidará jamas; Delante de mis ojos siempre estarás presente, Y en mi alma, y en mi pecho y en mi abrasada mente Tu imágen deliciosa se gravará tenaz.
Yo tengo muchos, pero no miro á uno siquiera. Pococurante, ántes de comer, mandó que le dieran un concierto: la música le pareció deliciosa á Candido. Bien puede este estruendo, dixo Pococurante, divertir cosa de media hora; pero quando dura mas, á todo el mundo cansa, puesto que nadie se atreve á confesarlo.
»Pisé, al fin, las playas de Sorrento; veía aquella deliciosa campiña que había pertenecido al duque de Arcos y que nunca había habitado.
A la escena suntuosa de la naturaleza, llena de vida, de majestad, de misterio y de recuerdos de amor, iba á suceder una escena terrible de ruido, de pasion frenética y de muerte.... En vez de la poesía de Dios y de la contemplacion deliciosa, la extravagante poesía del heroismo salvaje!
En Petrópolis no hay nada que ver, absolutamente nada: es sitio de recreo por el viento fresco y puro que allí se respira: su grande altura es causa de que la temperatura sea fresca, eso es todo. Desde la cima de la sierra se alcanza el mar, las montañas y una deliciosa campiña.
Entonces Adela me dijo que iba a la aldea próxima a llevar un pequeño socorro que la buena priora enviaba todos los días a una familia enferma. No la oí casi, tan ocupada tenía la imaginación. Paso rápidamente sobre los detalles de ese paseo de una hora, hora deliciosa que debía haber sido un siglo y que no ha sido más que un minuto.
Sí; ¿no sabes que ahora voy todas las noches a una reunión de hombres solos donde se trata de política? ¡Encantadora, deliciosa es la política!
Palabra del Dia
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