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Actualizado: 15 de noviembre de 2025


En este retiro suave y campestre contaba la generala imitar la deliciosa égloga de Pablo y Virginia, y un poquito también, si posible fuera, la pasión libre y salvaje de Chactas y Atala. Después que dejó instalada a su familia y supo que Lucía estaba ya en Pasajes, se trasladó a este punto en un vapor.

Ninguna poblacion notable se encuentra en todo el trayecto: la campiña es deliciosa y alegre, está bien cultivada: las estaciones todas muy animadas, el servicio está bien atendido. A media legua de Turin hicimos alto: todos los viajeros y equipajes se trasladaron á los ómnibus que aguardaban, media hora despues entramos en Turin.

La bromita le pareció tan bien, que no se pasaban cinco minutos sin que la repitiese. Nati la encontraba deliciosa; se reía, presentando la mejilla a los labios del hermoso salvaje. Rafael, al principio, también la encontró graciosa y respondía gravemente a la pregunta de su amigo: Lo tienes. Pene, lo tienes.

Dios mío... ¿esto que veo es la Nela? exclamó Pablo con entusiasta admiración. Es tu prima Florentina. ¡Ah! dijo el joven lleno de confusión . Es mi prima.... Yo no tenía idea de una hermosura semejante.... Bendito sea el sentido que permite gozar de esta luz divina. Prima mía, eres como una música deliciosa, eso que veo me parece la expresión más clara de la armonía.... ¿Y la Nela dónde está?

Una hora despues, cuando reposábamos en el hotel del Águila, comiendo frutas, deliciosa leche, miel de abejas y riquísimo queso auténtico del valle, vímos desfilar sucesivamente por delante del hotel una procesion de paisanos y una carabana de ingleses excursionistas, que nos llamaron la atencion. El contraste vale la pena de una breve descripcion.

Opusiéronse a esto el sobrino y su mujer, diciendo el primero que bueno era lo bueno, pero no lo demasiado. La de Jáuregui decía con deliciosa modestia: «¡Si yo no lo hago por buscar un elogio; si no hay en esto el menor asomo de mérito...! Yo resisto perfectamente una noche toledana, y hasta dos y tres. De modo que...».

Atravesé el alegro valle de Argelés y la ciudad de Lourdes; admiré la deliciosa capilla de Nuestra Señora de Bétharram, y me dirigí a Pau, que me atraía por más de un concepto.

Retrocedió un paso y dijo sonriendo á miss Harvey: Nos ha dado usted esta noche una fiesta deliciosa, y miss Hawkins ha cantado de un modo divino. Jenny Hawkins acababa de entrar en su departamento de Tavistock-Street.

En Milan tomé billete en la diligencia hasta Novara, cuya distancia se recorre en siete horas. La carretera es sobradamente buena, no deja nada que desear; pintoresca y deliciosa la campiña.

Antes de inflamarme por esta maravilla, el último resplandor de buen sentido, me hizo averiguar los gustos de la que mi madre llamaba ya en el fondo de su corazón «mi deliciosa hija.» »No soy un lobo, ni tengo nada de salvaje, pero tampoco tengo los gustos de un mundano decidido.

Palabra del Dia

balbucean

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