Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 18 de noviembre de 2025
Esta es la mía, dije, y con dos o tres cartas, yo proponiendo, ella aceptando, nos arreglamos. La puse en una fonda mientras arreglábamos una casita; yo estaba embobado; quería probar las delicias del mundo, cuando la Justicia..., ya sabes... Este animal de Bou se quedó con la copa en los labios... Ahora me alegro.
¡Salve, oh patria, que adoro, amor de mis amores, que Natura de tantos tesoros prodigó; vergel do son más suaves y gentiles las flores, donde el alba se asoma con más bellos colores, donde el poeta contempla delicias que soñó!
Las funciones más indiferentes de la vida constituyen una fuente de delicias inefables para el que ha visto próxima la muerte. Todos sus sentidos vibran al menor contacto del mundo exterior.
Tanto fructificó en el corazon de este grande y temido rey el germen de seria meditacion que en él depositó el agorero. Sí, la grande aljama está concluida: ¡tambien Hixem cree haber asegurado su puesto en el jardin eterno de las delicias!
Con los pocos tragos que gusté, tengo lo bastante para poder decir: conozco el mundo, señores, conozco sus delicias mentirosas, sus dulzuras y sus quebrantos; sé lo que cuestan los goces.
Hasta me dio una explicación cierta tarde que me tropezó en las Delicias y se emparejó a pasear conmigo. Aunque a uzté le dizguzte, voy a pacear con uzté un ratiyo. ¡Disgustarme! ¿Por qué? Porque uzté me aborrece..., confiézelo uzté... Pues, en efecto, no le tengo mayor simpatía; bien lo sabe usted.
Mas apesar de todas estas bellezas, las Delicias serían susceptibles hoy de algunas importantes mejoras, que llevadas á cabo conforme á modernos planes, aumentarían ciertamente los atractivos de aquellos lugares y los harían ser más favorecidos por el público.
Un sueño, una visión, cuyas circunstancias no quiero apuntarte, te han participado tal suceso, y las aventuras por donde has de pasar, y las finezas que me has de deber, y las delicias que juntos hemos de disfrutar, son casos tan verdaderos para tu fantasía, que todo lo crees con la mayor certeza; y es preciso confesar que no puede haber credulidad mayor como dar fe a las sombras del sueño. ¡Oh, Nadir, cuán crédulo eres!
¿Quién impediría, no obstante, que yo pasase mi vida entre ellos? ¡Idea tan llena de delicias que mi débil imaginación casi no puede concebirla! ¿Quién impediría que yo fuese su esposo, como él, y que ella repartiese su ternura entre los dos? ¿Un alma de una sensibilidad tan viva y tan tierna no nos confundiría fácilmente en un amor? porque, ¿es que la dicha de los demás tiene necesidad de alimentarse de mi desgracia y de mis dolores?
Ana comprendía perfectamente. «Quería decir el Magistral que cuando ella gozase las delicias de la virtud, las diversiones con que podía solazarse el cuerpo le parecerían juegos pueriles, vulgares, sin gracia, buenos sólo porque la distraían y daban descanso al espíritu. Entendido.
Palabra del Dia
Otros Mirando