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Actualizado: 22 de junio de 2025
El portugués se llamaba o siñor Vasco de Meneses, caballero de la cartilla, digo de Christus. Traía su capa de luto, botas, cuello pequeño y mostachos grandes. Ardía por doña Berenguela de Robledo, que así se llamaba. Enamorábala sentándose a conversación y suspirando más que beata en sermón de Cuaresma.
Era el caso que en Vetusta los beatos y todo el mundo devoto consideraban el teatro como recreo prohibido en toda la Cuaresma y algunos otros días del año; entre ellos el de Todos los Santos. Muchas señoras abonadas habían dejado su palco desierto la noche anterior, sin permitir la entrada en él a nadie para señalar así mejor su protesta.
Las florecillas blancas y rosadas de los frutales caían muertas sobre el fango: el granizo las despedazaba; todo volvía atrás; aquel ensayo de primavera temprana había salido mal; vuelta a empezar, cada mochuelo a su olivo. Esto fue a la mitad de la Cuaresma. Vetusta se entregó con reduplicado fervor a sus devociones.
Creció con los años su devoción, pero no hipócrita, sino devoción verdadera, legítimo fervor cristiano. Tenía grandes visiones, y en llegando la Cuaresma se disciplinaba, y decían los criados que en las altas horas de la noche sentían los azotes que se daba.
Siendo poco sensible el cambio de temperatura, me inclino á creer que la cuaresma, y mas que todo las enfermedades que suceden á esta, combinadas con la ausencia de cierto número de hombres, sean las causas positivas de la disminucion en el número de habitantes.
5.º Que durante la Cuaresma, el domingo de Adviento, el día primero de la Semana Santa, la Pascua y Pentecostés, no se celebraría función teatral alguna, y, por regla general, sólo tres veces á la semana. 6.º Que en un mismo lugar había de haber únicamente una compañía, residiendo en él un mes largo. 7.º Que en las iglesias y conventos se representasen sólo verdaderos dramas religiosos.
El diablo, harto de carne... Regalaban a las traperas una sábana por año, y arroz y castañas por Navidad; pero las obligaban a oír la explicación de la Doctrina dos veces por semana. En Carnaval había gran reunión, para pedir al Señor que perdonase las locuras del mundo, y comenzaba la fatigosa época de la Cuaresma. Las que faltaban a estas grandes solemnidades perdían la sábana.
En todo caso, se me ocurre prepararle unas empanadas de vigilia, de esas «especiales» que yo sé amasar... ¡Por Dios, Coca! exclamó alarmada Laura. ¡No vayas a mandar empanadas de vigilia! ¡Mira que hemos pasado la Cuaresma! ¡Empanadas de vigilia o cualquier otra cosa! ¡Mañana mismo las tendrá Vázquez en tu nombre!..... afirmó Coca con decisión.
Quitó el cabildo á peticion de este obispo las completas que se decian con música los sábados de cuaresma por varias profanaciones de la gente de ambos sexos que concurria por via de recreacion al templo.
Palabra del Dia
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