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Actualizado: 9 de junio de 2025


Su presencia será la de un ángel que por permisión divina habita en la tierra. »Ten aún un poco de paciencia y cosecharás lo que sembraste, y tus privaciones te valdrán cuantiosas riquezas, y tus pesares se convertirán en inefables alegrías.

Era un padre bondadoso, justo, un perfecto caballero, de rara modestia a pesar de ser título de Castilla y poseer cuantiosas riquezas... A los ocho días volví por allá.

Escudero hacía cuantiosas limosnas, tenía destinada para ello una partida crecida de su presupuesto mensual, pero era un hombre tan formal y tan exacto que, una vez agotada ésta, por nada ni por nadie haría un adelanto sobre el presupuesto del mes siguiente. Fue necesario conformarse.

Y al propio tiempo repartía periódicamente cuantiosas limosnas entre la gente pobre de los distritos de la Inclusa y Hospital; vestía muchos niños, daba ropa a los viejos, medicinas a los enfermos, alimentos y socorros diversos a todos. Para no suspender estos auxilios y seguir sosteniendo el asilo era forzoso buscar nuevos recursos. ¿Dónde y cómo?

Envía cuantiosas limosnas a las iglesias; encarga misas que no oye; pone cirios a las imágenes, y en el secreto de su habitación se entretiene a veces puerilmente en preguntar a la suerte, echando una moneda al aire, si se condenará eternamente o irá tan sólo al purgatorio. Cuando llega a sus oídos el canto de los sacerdotes que acompañan a un entierro, empalidece, tiembla y se tapa los oídos.

Como después de todo el negocio no era de gran entidad, las pérdidas tampoco fueron cuantiosas. A pesar de eso, el duque, que las había llorado como si lo fuesen y no había escaseado a su secretario frases groseras e insultantes, le recordaba a cada instante el asunto.

Justa y Engracia eran hijas de una familia honrada, linajuda y rica, ambas casadas; Justa con un propietario que vivía de sus cuantiosas rentas, sin más trabajo que cuidar de aumentarlas, y de quien no tuvo hijos; Engracia con un bolsista de intachable reputación, pero tan confiado en su estrella que aventuraba en jugadas peligrosas más de lo que permite la prudencia.

Festejáronla, persiguiéronla, y aunque al principio resistió a los ataques, cuando éstos vinieron en forma positiva, se dejó vencer. Fué, durante algún tiempo, la querida del marqués de Dávalos, un joven viudo con cuatro hijos, que gastó con ella sumas cuantiosas que no le pertenecían.

Quita a los catedráticos de las Universidades sus rentas; a las escuelas primarias de hombres y de mujeres, las dotaciones cuantiosas que Rivadavia les había asignado; cierra todos los establecimientos filantrópicos; los locos son arrojados a las calles, y los vecinos se encargan de encerrar en sus casas a aquellos peligrosos desgraciados.

El joven viajero recibió descubierto y reverente la bendición del hospitalario, lleno de admiración por aquella famosa orden, sin saber que á la sazón había adquirido ya gran parte de las cuantiosas riquezas de los templarios y que los un tiempo humildes y desinteresados caballeros de San Juan preferían ya las comodidades de sus palacios á las aventuras y peligros de la campaña contra los infieles del Oriente.

Palabra del Dia

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